El candidato off del PSOE, Pedro Sánchez, ha salido del armario ideológico en el que debía estar confinado cuando votaba las reformas y recortes de José Luis Rodríguez Zapatero y ha declarado a España Estado plurinacional. Esto es, nuestras autonomías, cuando gobierne Sánchez con Podemos y los sindicatos (¿cuáles?), cual parece ser su estrategia, se convertirán en naciones, pero dentro de un Estado nacional y, al mismo tiempo, plurinacional, no sé si me entienden porque yo mismo me hago un lío... Murcia será nación, como Aragón, Asturias, La Rioja o Extremadura. Cataluña también lo conseguirá, y sin referéndum. Cabe la duda de si Ceuta y Melilla serán también naciones dentro de una nación extranjera pero asociadas a lo plurinacional hispano. ¿Y Gibraltar, podría ser otra nación asociada al Estado plurinacional español y de esa manera cerrar el pleito?

¿Y Canarias, será otra nación española?

Reflexiono sobre ello al hilo de la intensa e interesante lectura de El rey de Tenerife (Stella Maris), del abogado barcelonés Pedro L. Yúfera. Novela histórica bien escrita y bien trabada en torno a la conquista de las Islas Canarias por los navíos y tropas de Castilla y Aragón. Los guanches, los primitivos canarios, poseían una cultura propia, usos y costumbres, reinos y reyes, dinastías, estirpes, por lo que, a la hora de argumentar su condición nacional, encontraremos en la historia de las Canarias más sólidos argumentos históricos que, pongamos, por ejemplo, en la Cataluña de Puigdemont.

Jean de Bèthencourt o Juan Las Casas, entre otros conquistadores, fueron tomando militarmente las islas y estableciendo casas de oración para convertir a aquellos indígenas proclives a aceptar la colonización; de lo contrario, les esperaba la esclavitud o la muerte. Los guanches (guam: hombre) no conocían la forja ni la aleación de los metales, pero ofrecieron dura resistencia con sus cayados y hondas. Tinerfe el Grande sería el primer y legendario rey guam, hasta el mencey Bencomo con quien se enfrentaron los españoles.

La lectura de la novela de Yúfera viene a cubrir un espacio histórico del que se sabe poco y se ha escrito menos. Período apasionante, de colisión de civilizaciones, con las figuras del cardenal Mendoza o de los Reyes Católicos al fondo.

Y una recomendable lectura también para el plurinacional Pedro Sánchez.