Atención… que vienen curvas. La moda curvy llega pisando fuerte y, como no podía ser de otra manera, cargada de polémica. Las opiniones sobre el fenómeno se reparten entre aquellos que piensan que es una mera estrategia de márketing, y los que creen que las empresas realmente están teniendo en cuenta la responsabilidad social para hacer frente al problema de la moda XL.

«Las grandes empresas están utilizando el fenómeno curvy para lavarse la cara. Quieren que la sociedad olvide todo el maltrato que hemos sufrido las personas que nos salimos de sus estándares», explica Mary Carmen Bozal. Su opinión es firme, y se ha ido creando a lo largo de años de trabajo en el ámbito de las tallas grandes. Actualmente, esta aragonesa es autora del blog Curvas G, un espacio que utiliza como altavoz social y herramienta para «democratizar la moda». La popularidad del fenómeno curvy ha crecido de manera exponencial durante los últimos años y, aunque cree que «todo se quedará en agua de borrajas», mantiene la esperanza de que «este fenómeno sirva para educar a las nuevas generaciones y familiarizarlas con la pluralidad».

Responsabilidad social

«La tendencia curvy no es una moda como tal, sino una dirección de mercado que las empresas están empezando a tomar hoy en día. En mi opinión, lo están haciendo demasiado tarde, pero a largo plazo, conseguirán tener en cuenta a personas con necesidades diferentes», explica Carmen Berné, catedrática de Comercialización e Investigación de Mercados y directora del departamento de Márketing de la Universidad de Zaragoza. Esta nueva dirección apuesta por «ser conscientes de la necesidad de adaptarse a los cambios sociales y preservar el bienestar de la sociedad por parte de las empresas. Por eso, ser responsable socialmente puede que sea una de las razones por las que las empresas están abriéndose a segmentos de mercado poco explotados anteriormente». Diseñadores y grandes marcas están apostando por la creación de líneas de ropa XL y ofrecen tallas más allá de la 42.

Este es el caso de la línea Violeta, de Mango, que cuenta con dos tiendas en Zaragoza. Sin embargo, todavía son muy escasas las firmas low-cost que ofrecen este tipo de productos, por lo que las tiendas especializadas y el pequeño comercio siguen jugando un papel fundamental. «A la hora de asesorar a mis clientes, trabajo habitualmente con tiendas pequeñas. Creo que son las que realmente están luchando por traer prendas XL que se ajusten a las necesidades de los clientes». Lo cuenta Lourdes Pomares, personal shopper de Zaragoza.

Problemas

La búsqueda de un look para una persona de talla grande supone dificultades añadidas, sobre todo, para la población más joven. «Si buscas ropa de mayor tamaño te encuentras con dos problemas, el diseño y el precio. Muchas chicas jóvenes piensan que la ropa de talla XL no sigue las tendencias porque utilizan líneas clásicas y colores oscuros. En cambio, si se busca ropa más juvenil, nos encontramos con precios más elevados».

Existen pocas tiendas especializadas en Zaragoza, pero una de las primeras en apostar por la moda curvy fue Skandalo Deluxe, dirigida por Begoña Abad desde el año 2000. Su experiencia en el sector le hace pensar que «la moda curvy es algo pasajero que están utilizando las grandes firmas para abarcar más público y obtener nuevos beneficios». «A las grandes marcas no les compensa económicamente la moda XL porque para ellos es mucho más fácil vender tallas estándar que abarquen de la 36 a la 42. Lo complicado es vender más de 15 tallas de un mismo modelo teniendo en cuenta que también hay que utilizar más tela y eso encarece el producto», explica Abad.

El principal objetivo de Skandalo es normalizar la presencia de tallas grandes en el mercado. Para ello, realizan iniciativas como el certamen Miss Talla XL de Aragón. Un evento en el que se selecciona a la modelo que representará a la comunidad a nivel nacional. La ganadora de este año fue Sara Borda, una zaragozana que con tan solo 20 años se ha convertido en la Miss XL más joven de España. Haber ganado este certamen es un logro a nivel personal: «Esto me ha permitido conocer a mucha gente que, como yo, muchas veces nos sentimos poco aceptados. Me costó mucho exponerme al público pero gracias a esta experiencia lo he conseguido». A la hora de dar un consejo a aquellas chicas que pueden estar en una situación similar a la suya, lo tiene claro: «Les diría que tienen que sentirse guapas porque la belleza no está reñida con las curvas. Lo que deben hacer es arreglarse, pintarse y salir a la calle».