Sus días en el piso de la calle Pensamiento están contados. Mª Soledad Jiménez, que nació hace 53 años en Zaragoza, permanece a la espera del desahucio fechado para este jueves. Desde hace dos años vive en ese piso junto con su hija, Alma. Cada mes cobra 387 euros del Ingreso Aragonés de Inserción (IAI), que no le permiten pagar la deuda de seis meses que debe por la vivienda alquilada por una inmobiliaria. Mª Soledad explica que en el juicio que tuvo con el propietario el 30 de junio, él mintió diciendo que la deuda ascendía a 1.800 euros. "Eso es totalmente falso. Le debo mucho menos dinero. El problema es que no hay ningún papel que lo pruebe porque los pagos que efectué fueron en mano", añade.

Además de todo, la mujer dice haber sufrido amenazas constantes por parte del dueño de la vivienda. "Me ha hecho la vida imposible. Me cortaba el agua, me amenazaba diciéndome que si salía de casa no iba a poder entrar en ella. Lo peor de todo es que perseguía a mi hija de 9 años cuando iba al colegio", comenta entre lágrimas. Desde entonces, esta zaragozana visita al psicólogo y al psiquiatra cada semana. "Necesito mucho apoyo emocional que encuentro en mis amigas y en los expertos", confiesa.

Por ahora, Mª Soledad tiene la esperanza de que el desahucio del jueves no se lleve a la práctica. De hecho, confía en que se ponga en marcha el convenio del Gobierno de Aragón con el Tribunal Superior de Justicia para la paralización del desahucio por impago del alquiler.

"Solo le pido a la DGA que me dé más tiempo para buscarme un alojamiento que se adapte a mi situación económica de emergencia", explica. La Plataforma Stop Desahucios le está apoyando y están seguros de que el desahucio no se llevará a cabo porque ya han paralizado 400 en Aragón.