Finalmente, los vecinos afectados por un fuerte deslizamiento en la ladera de Yesa que provocó que tuvieran que desalojar la urbanización en la que residían, en febrero del año pasado, no volverán a sus casas. A pesar de los reiterados anuncios por parte del Ministerio de Medio Ambiente y de su organismo de que la ladera no presenta problemas de seguridad, el Ministerio comunicó ayer que "ha definido una solución conjunta a los vecinos afectados por el movimiento de la ladera derecha del embalse de Yesa (Navarra) que pasa por la expropiación de sus viviendas". Esta solución se le comunicó a los representantes de las dos urbanizaciones afectadas (Mirador de Yesa y Lasaitasuna) en un encuentro celebrado en la sede del ministerio el pasado miércoles, al que asistieron los vecinos y por parte de la Administración, la directora general del Agua, Liana Ardiles, acompañada y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Xavier De Pedro.

Ardiles explicó que, tras estudiar cuidadosamente la situación, la Administración ha considerado que la mejor solución para los afectados de ambas urbanizaciones pasa por la expropiación de las viviendas. Para llevar a cabo las expropiaciones habrá que redactar previamente un modificado del proyecto actualmente vigente, que tendrá que pasar por el pertinente periodo de información pública antes de su aprobación. Una vez cumplido este trámite podrían comenzar los trámites de expropiación, que finalizará en la fijación de una indemnización (justiprecio).

APOYO ECONÓMICO Desde que el Ayuntamiento de Yesa decretó los desalojos preventivos de las dos urbanizaciones, el Ejecutivo ha mantenido varios encuentros con los afectados, a los que primero reubicó y alojó en el caso de aquellas familias que tenían su primera residencia en alguna de esas viviendas, asumiendo los gastos de alquileres, luz, agua y gas. Ahora, además, y dado la dificultad que supone volver a rehabitar esas viviendas, en una ladera que ha generado muchos problemas, les van a expropiar.

El ministerio insistió ayer en que "ha cumplido, en todo momento, con su responsabilidad a la hora de garantizar la seguridad en la zona de Yesa, aplicando la normativa vigente en materia de presas y siguiendo criterios técnicos en la ejecución y supervisión de las actuaciones".

Según un comunicado, "gracias al seguimiento permanente de los trabajos, se detectaron los primeros síntomas de deslizamiento en la ladera derecha, activándose el plan de emergencia del embalse, que se sigue escrupulosamente desde entonces". Desde el 13 de junio, no se han vuelto a detectar, según los estudios de la CHE, más movimientos. Todas las medidas correctoras por este problema han costado ya más de 25 millones.