La Guardia Civil de Villarrobledo (Albacete) ha liderado la operación que ha desmantelado un grupo criminal acusado de 125 delitos y estafar 1,3 millones de euros a empresas españolas y de varios países europeos que se llegó a extender a Teruel y a las provincias de Alicante, Castellón, Cuenca, Guadalajara, La Rioja, Madrid, Murcia, Sevilla, Tarragona y Valencia. En la Operación Chickpea se ha detenido a tres personas acusadas de delitos como pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales, receptación, estafa, falsificación de documentos privados o usurpación de estado civil. Dos de ellos están en prisión provisional.

Se trataba de una estafa «compleja» en la que una persona se dedicaba a comprar grandes cantidades de mercancía a varias empresas que nunca abonaba y que vendía a un segundo. Este ponía la mercancía en el mercado lícito, donde vendía los productos a un precio muy inferior al del mercado y pagaba los beneficios que le correspondían al vendedor mediante cuentas bancarias afincadas en países como Rumanía, Gran Bretaña e Irlanda. Estas cuentas, a su vez, eran gestionadas por un tercero que había creado un entramado de empresas con las que realizaban multitud de movimientos para enmascarar y dificultar una posible investigación policial.