El cadáver de Raadia el Jarrari, la mujer de 46 años que el martes perdió la vida cuando cruzaba un paso de cebra en el barrio zaragozano de Montañana, será repatriado a su país de origen, Marruecos. La familia de esta mujer, que residía en España desde el año 2008, se encontraba ayer realizando las gestiones necesarias para un traslado que desean hacer «lo antes posible para acabar con este dolor».

Así lo señaló ayer a EL PERIÓDICO el sobrino de la víctima, Oussama, quien reconoció estar «conmocionado». «Era una mujer increíble, todo lo que tenía lo daba, era mi segunda madre porque no tenía hijos y tampoco estaba casada», recordó.

Este joven de 20 años no podía evitar destacar sus últimos recuerdos entre lágrimas. «El sábado pasado nos dijo de ir a Puerto Venecia, que nos quería hacer unos regalos porque nunca se sabía lo que iba a pasar», lamentó. El dolor por la muerte de Raadia se extendió también entre sus vecinos. Juan Carlos Zumeta fue testigo del siniestro. «Era una mujer que era todo bondad, qué voy a decir de ella que cuidaba a mis tíos Julio y Ángeles con tanto cariño», apuntó.

Sobre las circunstancias del atropello mortal destacó que el conductor, J. R. M. F., de 70 años, no paró de gritar: «No la ví, no la ví».

Y es que tanto Zumeta como dos residentes en la zona, Félix Pardos y Emilio Amador, resaltaron «la mala visibilidad que hay por las noches». «Pusieron nuevas farolas a lo largo de la travesía, salvo aquí, que además son insuficientes», aseveraron. A ello añadieron que, aunque la velocidad está limitada por una señal de 50 «muy poca gente la respeta, ni de día ni de noche». «A mí casi me matan cuando un coche paró para dejarme cruzar por el paso de peatones y vino uno por detrás y le adelantó», concluyó.