"He pedido que le dieran el alta a mi padre. No hay camas y no voy a dejarlo dos días más en Observación, porque no quiero hacerle más dolorosa su situación". A Dolores le dijeron ayer al mediodía que lo ideal sería mantener ingresado un par de días a su padre, pero era imposible porque no había camas disponibles ni en el Servet ni en el hospital geriátrico de San Jorge de Zaragoza.

Aunque la situación del paciente era estable, la opción más favorable era mantenerlo en observación, algo que rechazó inmediatamente. Su padre, de 85 años, sufre una demencia vascular senil. En la madrugada de ayer sufrió un microinfarto, que lo dejó semiincosciente. A las 8.15 de la mañana la ambulancia lo trasladó a las Urgencias. "Nos dicen que no hay mucho que hacer, pero no puedo hacerle más dolorosa su situación, porque todavía tiene momentos de lucidez. Prefiero llevármelo a casa. Los pacientes están literalmente hacinados. Hace un momento le han cambiado el pañal y al lado había un jovencito. Todo esto es muy lamentable, para el enfermo, la familia y para el resto de enfermos", señaló esta zaragozana.

Este caso es uno más de los que ayer se vivían en los pasillos del servicio de Urgencias de la General, un lugar al que el hospital prohibió el paso de fotógrafos por respeto a los pacientes. Una joven, preocupada y cansada, esperaba de pie en el pasillo de la Sala de Observación a que a su madre, con pancreatitis, le adjudicaran una cama en planta. "Llegamos a las 12.30 del sábado y a las dos horas ya sabíamos el diagnóstico y que tenía que ingresar, pero todavía no ha sido posible"

De pie todo el rato. Unas veces en el pasillo y otras dentro, junto a su madre, pero flanqueada por otros pacientes y familiares. "Nos dicen que salgamos porque ni pueden trabajar con comodidad y además supongo que molestamos", señaló. Su padre se ha quedado por las noches en el pasillo y en la sala de espera.

Una mujer mayor conversa con ella. Desde el domingo por la mañana acompaña a su hermana. Destaca el trabajo y la atención de todo el personal de Urgencias, pero critica el test al que le sometió el personal del 061 hasta que finalmente autorizó su traslado al hospital en ambulancia.

Familiares de otro hombre que llegó a Urgencias a las 16.30 horas con un problema pulmonar esperaban a que su padre pudiera ser ingresado. "No entendemos por qué si faltan camas no se utilizan las que tiene cerradas el hospital Militar de Zaragoza, o las que tiene el Royo Villanova, que está a medio gas", criticaron.