Dieciséis colectivos de estudiantes de la Universidad de Zaragoza han mostrado su satisfacción por la decisión de la institución de no prorrogar el convenio específico de colaboración con el Arzobispado, vigente desde el 31 de agosto de 2012 y que finalizaba este año.

Una decisión que, no obstante, reconocen que han conocido por medio de un correo electrónico enviado por el jefe del gabinete del rector, informan los estudiantes en un comunicado.

El colectivo estudiantil espera que este sea un primer paso para que se comiencen a escuchar las reclamaciones de la comunidad universitaria y revierta la situación actual en la que se priman las opiniones de instituciones ajenas a la universidad por encima de las de la propia comunidad.

Esta organización agradece la participación en la movilización del personal de administración y servicios (PAS), el docente e investigador (PDI) y de los estudiantes, al tiempo que reclaman una mayor labor de transparencia y diálogo desde el equipo de rectorado hacia todos los colectivos universitarios.

El colectivo espera que para el próximo curso 2018-19 el espacio ocupado hasta ahora como fruto del convenio sea abandonado y que el profesorado asociado que imparte la asignatura de Religión, optativa de oferta obligatoria en los grados de Magisterio según los acuerdos con la Santa Sede, tenga un tratamiento similar al resto del profesorado asociado en la Facultad de Educación, en cuanto a su ubicación, mientras dichos acuerdos con la Santa Sede duren.