Las universidades de Granada y Zaragoza han participado en un estudio que hace la reconstrucción más precisa del clima de la península Ibérica de los últimos 700 años, estudio que ha permitido conocer la evolución del calentamiento climático peninsular desde el año 1300 y demuestra su elevada variabilidad.

El trabajo, en el que también ha participado el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC), revela que la "pequeña edad de hielo", período frío más importante del hemisferio norte desde finales del siglo XIV hasta el XIX, se alargó en la península Ibérica de 1300 a 1850.

Los resultados del estudio, que han permitido reconstruir el clima de la península ibérica desde el año 1300 hasta la actualidad, ponen de manifiesto la acentuada variabilidad climática durante ese periodo y evidencian la alternancia de fases frías y cálidas.

La investigación presenta la síntesis más precisa hasta ahora de la evolución del clima peninsular durante los últimos setecientos años para contextualizar ese periodo frío y su evolución posterior, y se basa en el análisis de diversas fuentes históricas y registros naturales.

En el estudio también han participado investigadores del Servicio Meteorológico de Cataluña, el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (ICTJA-CSIC), el Museo Nacional de Ciencias Naturales, las universidades de Oviedo, Lisboa, Santiago de Compostela y Valladolid y el Instituto de Historia del CSIC.

Los resultados de la investigación han permitido describir la evolución climática peninsular del período conocido como la pequeña edad de hielo, que es el periodo frío más prolongado e intenso de los últimos 10.000 años, explican los autores.

Los investigadores se han centrado en el estudio de las zonas de montaña, las áreas menos afectadas por la actividad humana, y han recopilado e integrado todas las evidencias que existían sobre el clima de los últimos setecientos años en la península ibérica.

Si bien la intensidad del frío y sus implicaciones eran conocidas en otras regiones del continente europeo, no se conocía su traslación al conjunto de la península Ibérica ni cómo habían afectado a los ecosistemas naturales.

Una de las principales novedades del estudio es demostrar la elevada variabilidad del clima durante esta fase fría con una mayor recurrencia de eventos climáticos extremos como olas de frío, nevadas, sequías o inundaciones.

Se sabía que era un período más frío que el actual, pero no que había tenido tanta variabilidad ni con tantos episodios extremos que tenían repercusiones decisivas en la vida diaria de las sociedades de la época, destacan los investigadores, ha informado hoy la UGR.