El impacto del ser humano está condicionando la evolución reciente y el futuro de los ibones del Pirineo aragonés que, si no se modifica su gestión actual, están condenados a la desaparición y a transformarse en estanques, con peces introducidos, ya que sus habitantes naturales habrán desaparecido.

Según las investigaciones que desarrolla desde hace ocho años un grupo interdisciplinar de científicos de la Universidad de Zaragoza, el importante volumen de desperdicios derivado de la presencia de turistas, la materia orgánica procedente de la ganadería, la suelta de peces y la presencia de metales pesados son algunos de los factores de contaminación que están modificando la fauna de estos lagos.

En el ecosistema natural de los ibones en principio no hay peces y, sin embargo, se encuentran cada vez en mayor número, debido a la suelta incontrolada y a que actúan como los grandes depredadores de todas las larvas de invertebrados y vertebrados que habitan los ibones. Las principales víctimas de los peces son los anfibios, que realmente son los principales vertebrados habitantes de los ibones. Asimismo, se está investigando sobre la presencia de metales pesados en estos lagos de origen glaciar.

Todo el proceso de la investigación, informó ayer la Universidad de Zaragoza, se recoge en el documental científico titulado Montañas de agua: ¿qué está pasando en los ibones?, que se proyectará el próximo lunes en el Aula Magna del Paraninfo. El audiovisual se filmó durante la primera semana de noviembre de 2010 en los ibones de Sabocos y Baños, con la colaboración de la Federación Aragonesa de Actividades Subacuáticas (FARAS) y la participación de numerosos investigadores (físicos, químicos, ambientólogos, geólogos, geógrafos).