El juez de la Audiencia Nacional Guillermo Ruiz Polanco interrogará el próximo lunes a Garikoitz Arruarte Santacruz y a Gorka Lorán Lafourcade, los presuntos miembros de ETA detenidos el pasado miércoles en las localidades guipuzcoanas de San Sebastián y Hernani, respectivamente.

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 1 y el fiscal adscrito a estas actuaciones, Ignacio Gordillo, centrarán previsiblemente su interrogatorio en los planes de los detenidos para atacar el pasado miércoles la madrileña estación de Chamartín y otros objetivos ferroviarios fijados en Aragón: un artefacto que llegó a explotar en Pedrola (Zaragoza) y otro que fue desactivado el viernes en Samper de Calanda (Teruel).

La investigación también tratará de esclarecer si Arruarte y Lorán están relacionados con los atentados perpetrados este año en Navarra cuyos autores aún son desconocidos, como el cometido el pasado 30 de mayo en Sangüesa que costó la vida a dos policías nacionales, uno de ellos aragonés, destinados a la tramitación de documentos nacionales de identidad; así como la colocación el pasado 13 de julio de un artefacto explosivo en el hotel Maisonnave de Pamplona que pudo ser desactivado.

La puesta a disposición judicial de ambos detenidos se ha fijado para el lunes a petición del juez después de que ayer Garikoitz Arruarte fuera trasladado hasta la localidad turolense para indicar el lugar exacto donde había sido colocado el artefacto explosivo.

EMPLEOS El nombre de Garikoitz Arruarte figuraba en los papeles confiscados a Ibón Fernández Iradi, alias Súsper . La Policía estableció un discreto dispositivo sobre este activista, que trabajaba en una empresa del sector de publicaciones periódicas, ubicada en la avenida Sancho el Fuerte de Pamplona.

En estas vigilancias se descubrió su relación con Gorka Lorán, un joven de 25 años sobre el que no pesaban condenas judiciales, pero al que la Ertaintza había detenido en Hernani por insultar a una patrulla. Posteriormente también le fue impuesta una sanción adminsitrativa por desórdenes públicos. Lorán trabajaba como profesor en una ikastola del barrio pamplonés de Iturrama.