Cuatro veces ha pasado por el banquillo acusada de corruptelas la exalcaldesa de Trasmoz Marimar Salvador, y las cuatro, la última en la Audiencia de Zaragoza, ha sido absuelta. El Tribunal Supremo revocó la única condena dictada contra ella.

En esta ocasión, la Fiscalía reclamaba para ella cinco años de cárcel y 6.000 euros de multa por un supuesto delito de estafa continuada cometido por haber falsificado la firma de la interventora municipal en seis cheques y en el contrato de revalorización de un proyecto de obra entre febrero del 2005 y septiembre del 2006.

La sentencia de la Sección Sexta de la Audiencia señala que los talones en cuestión --cinco, por valor de 3.816 euros-- llevaban, como era costumbre en el pueblo, las firmas de la alcaldesa y del vecino que actuaba como tesorero, si bien la rúbrica plasmada como perteneciente a la secretaria --que accedió al puesto como interina "ante la necesidad de controlar las cuentas"-- en realidad "no ha sido firmada por ella". El tribunal, que concluye que "no ha quedado probado" que esas rúbricas las falseara la alcaldesa, señala que los cheques se encontraban en el cajón de la mesa de la secretaria, que "se encontraba abierto y no tenía llave", con lo que "cualquiera que pudiese entrar en el ayuntamiento, podía acceder a ellos".

Paralelamente, Salvador no reconoció como auténtico el documento de la revalorización del proyecto, en el que, en todo caso, la Audiencia indica que la firma de la interventora "no ha sido suscrita" por la alcaldesa.

El tribunal basa su absolución en el derecho a la presunción de inocencia --procede exonerar "si no se ha practicado una mínima prueba" de cargo "contrastada y ratificada en el juicio oral"-- y en el principio de in dubio pro reo.

Aun en el caso de que las firmas fueran falsas, eso no significaría que la alcaldesa se las hubiese llevado, ya que los cheques "se destinaron a su finalidad legítima", que era pagar gastos municipales. Por otro lado, la Audiencia niega credibilidad al "sorpresivo" y carente de fundamento cambio de criterio de una perito caligráfica: en el juicio ratificó el dictamen que concluía que no fue Salvador quien estampó las falsificaciones y, al mismo tiempo y sin nuevos elementos de prueba, lo amplió para inferir lo contrario.