Los expertos del Centro Ibérico de Restauración Fluvial (Ciref), grandes conocedores de la geografía física y la ordenación del territorio replicaron ayer las medidas planteadas en el decreto del Gobierno de Aragón y rechazaron el dragado como una de las iniciativas que se plantean tomar "por su gravísimo impacto ambiental". También censuraron la suspensión de la protección ambiental, que calificó como "el mayor error e irresponsabilidad medioambiental de nuestra historia reciente". Por ello, tal y como anunciaron ayer en rueda de prensa, no descartan incluso recurrir estas propuestas y denunciarlas en Bruselas.

Alfredo Ollero, presidente de Ciref y Josu Elso, secretario de Wetlands International European Association, consideraron que hay propuestas más racionales, empezando por devolver al río su espacio, y para ello plantearon el retranqueo de motas o la eliminación de las mismas. Esto permitiría que hubiera suficientes llanuras de inundación. Para ambos expertos, "los ríos no son simples corrientes de agua, sino que son también los sedimentos, las riberas, los seres vivos y las llanuras de inundación", capaces de albergar "cualquier crecida, disminuyendo la velociad del agua y favoreciendo que recargue los acuiferos".

Ambos indicaron que esta inundación ha sido normal, incluso con menor superficie anegada que en el 2003. Lamentaron los daños ocasionados y mostraron su apoyo a los afectados, pero indicaron que hay que incidir en la devolución de espacio al río, que cifraron en unas 6.000 hectáreas cultivables en la provincia de Zaragoza que se podrían convertir en choperas y otra forestación, con la debida restitución a sus propietarios, y trabajos de restauración fluvial que permitan recuperar "el comportamiento natural de la zona inundable". También consideraron que la predicción, con la "cartografía de zonas inundables y la ordenación del territorio, la restauración fluvial es la mejor herramienta de prevención y gestión de inundaciones.

Indicaron que la normativa ambiental europea se ha hecho con "conocimientos científicos, sentido común y racionalidad económica" y saltársela implicaría además cuantiosas sanciones de Europa.