El teniente general Fernando Alejandre Martínez, segundo jefe del Allied Joint Force Command en la localidad holandesa de Brunssum, pasó por la Academia General Militar (AGM) de Zaragoza el pasado miércoles para impartir una conferencia bajo el título España en la OTAN. Casi un millar de cadetes siguió con atención su disertación, pronunciada íntegramente en inglés, en el salón de actos de la institución castrense. El teniente general ha ocupado con anterioridad puestos en la Brigada Paracaidista, como asesor militar del ministro de Asuntos Exteriores y como coronel jefe del Regimiento de Pontoneros en Monzalbarba. Ha participado en operaciones desarrolladas en países como Bosnia, Afganistán e Irak.

—¿Está a favor de que se haga una investigación a fondo para depurar responsabilidades en el caso del accidente del Yak-42?

—Con sinceridad, eso se escapa totalmente del ámbito de mi conferencia y también de mi esfera de influencia. Eso, supongo, será el Ministerio de Defensa el que tomará las decisiones y hará lo que tenga que hacer.

—En Huesca hay mucha preocupación porque se está desmantelando un cuartel de logística, el Sancho Ramírez. ¿Está al corriente del asunto?

—La verdad es que no. Llevo la friolera de casi cinco años ya fuera de España. He estado destinado en el cuartel general de la OTAN en Mons y ahora, desde hace año y pico, en el de Brunssum, y estoy bastante desconectado. No sé qué va a ocurrir con el acuartelamiento Sancho Ramírez que, por otra parte, visité no hace mucho tiempo, cuando era general de brigada.

—Las instalaciones militares en Zaragoza desempeñan un papel importante en la OTAN.

—Al igual que cualquier instalación militar española y del resto de los miembros de la Alianza, podrán ser empleadas por los países miembros para acoger ejercicios y otras colaboraciones cuando así se acuerde. De hecho, así fue en el último trimestre del 2015, cuando Zaragoza acogió a la mayor parte de los miembros de la OTAN que vinieron a España al ejercicio TRJE 15.

—¿Existen planes para que la ciudad de Zaragoza acoja algún tipo de estructura de la Alianza Atlántica?

—Nosotros no tenemos ninguna constancia.

—Parece que la OTAN se enfrenta a cambios con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. El nuevo presidente ha hecho declaraciones cambiantes sobre el futuro de la organización militar. ¿En qué medida van a afectarle esos cambios?

—Con sinceridad, no lo sé. Eso se escapa bastante de mi ámbito de trabajo, pero lo dudo. Dudo que vaya a cambiar. Los planes de la Alianza no se improvisan de hoy para mañana. Llevan rodando mucho tiempo y en la actualidad el empeño norteamericano en la defensa de Europa sigue estando donde está y no creo que haya ninguna duda. Habrá que ver cómo reacciona la nueva Administración norteamericana, pero en estos momentos el temor o la suspicacia al respecto es nula.

—De hecho, la Alianza se dispone a desplegar tropas en países del este de Europa.

—En efecto. Son soldados de la OTAN, y en estos momentos estamos en plena fase de preparación para el despliegue. Se hará a lo largo del próximo semestre, ya que en la cumbre de la Alianza Atlántica en Varsovia, el verano pasado, se tomó una decisión para desplegar cuatro grupos de combate en los tres países bálticos y en Polonia.

—¿Habrá españoles entre ellos?

—Es probable, pero todavía no hay una decisión tomada.

—La buena relación, en apariencia, entre Trump y Putin, ¿acaso preocupa en la Alianza?

—En absoluto. Primero, no sé si hay tal buena relación. Y segundo, no nos afecta nada mientras Estados Unidos siga cumpliendo sus compromisos, como de momento está haciendo. De hecho, la semana pasada apareció en la prensa la llegada de carros de combate a Alemania.

—¿De qué habló a los cadetes en su conferencia?

—Les conté un poco lo que hace un oficial español en la Alianza Atlántica. Entre los chavales que vinieron a la conferencia habrá alguno que acabará destinado en un cuartel general o en una unidad de la OTAN. Es una parte más de nuestra profesión y lo que pretendo contarles es lo que se les viene encima.

—¿Salen los cadetes preparados para ese cometido?

—Esa es la cuestión. Yo creo que sí. Evidentemente, cuando yo cursaba mis estudios en este centro, España ni siquiera era miembro de la Alianza Atlántica, por lo que era difícil que esto ocurriera. Pero en la actualidad el estudio de los idiomas es una de las herramientas clave para ser interoperables con el resto de ejércitos de la OTAN, por lo que ahora esta materia tiene mayor peso que cuando yo era caballero cadete. Pienso que, entre la formación en idiomas y el resto de materias, es suficiente para afrontar el futuro.