Este año, la Semana Santa del Bajo Aragón y, más en concreto, la Ruta del Tambor y del Bombo, se celebran con una importante novedad: su declaración como manifestación cultural de alcance internacional. "Siempre ha habido una asistencia notable de extranjeros, sobre todo por la influencia de las películas de Buñuel, pero ahora es muy posible que ese flujo se acentúe", afirma Fernando Galve, vocal de la asociación que forman las localidades donde el tambor y el bombo son la principal seña de identidad.

Por ese motivo, entre otros, no tiene nada de extraña que las carreteras que conducen al Bajo Aragón sean de las más transitadas durante las fechas de la Semana Santa. Y que, como apunta Antonio Moragriega, secretario de la entidad, "esté asegurada una ocupación al cien por cien en los establecimientos hoteleros de la comarca".

"Este año va a hacer buen tiempo y eso juega a favor de las procesiones", comenta el secretario de la Ruta del Tambor y del Bombo, que subraya que incluso el viento que sopla estos días contribuye a dar más vistosidad a los atuendos al agitar las capas y túnicas de los participantes en unas procesiones que se caracterizan por su minuciosa reconstrucción d la historia bíblica.