Por segunda vez en apenas seis meses, los estudiantes de Filosofía y Letras volvieron a concentrarse a las puertas de la facultad para exigir la reforma integral del edificio. El derrumbe, el pasado 25 de octubre, de parte del techo de un aula --la única creada nueva en el verano-- ha vuelto a sacar a la calle a alumnos y profesores, que en un número superior a 200, exigieron, de nuevo, acciones inmediatas.

Lo hicieron a través de una pancarta en la que se responsabilizaba de forma directa a la DGA por su "financiación insuficiente" a la universidad pública, pero el Rectorado no se libró de las críticas. "En Derecho no se cae el techo" fue uno de los cánticos más utilizados por los jóvenes, que acusaron al Rectorado de "mal gestor". "Estamos hartos de tomaduras de pelo. Basta ya de promesas, queremos obras", insistió Marta Mira, una de las portavoces de la protesta y miembro del sindicato Estudiantes en Defensa de la Universidad (EDU).

Junto a ellos, el decano --que dio permiso para que una de las pancartas colgase de la parte externa del aula afectada por el último derrumbe--, el vicedecano y numerosos profesores. "Esto nos afecta a todos porque los chicos vienen de paso, pero nosotros vivimos aquí", decía uno de los docentes.

Entre las quejas, una principal. "Este edificio no ha acogido ninguna reforma integral desde 1941, tan solo añadidos parciales que no sirven para nada, como la cuarta planta, el pabellón de Filología o parches que solo ocultan grietas y se caen", indicó Mira, que recordó que el proyecto de la rehabilitación total del edificio "es una reivindicación que se está aprobado desde hace ocho años y no se ha llevado a cabo".

IRRESPONSABLES De hecho, los estudiantes calificaron de "irresponsables" tanto al Gobierno de Aragón como al Rectorado, a los que instaron a una reacción inmediata. "El techo se nos cae encima. ¿a qué están esperando?".

Junto a ellos, estudiantes de otras facultades se sumaban a la concentración para mostrar su solidaridad con los afectados. "No disponen de las garantías mínimas para estudiar en condiciones", apuntaba Adrián, uno de los que contribuyó a que Filosofía y Letras volviera a ser un clamor.aunque "ya lo fuimos hace apenas seis meses y no ha servido de mucho, aunque confiamos en que esta nueva medida de presión ayude a que todos se den cuenta de lo que estamos pasando", subrayó Mira.

Poco antes de que concluyera la concentración, los participantes entonaron sus últimas quejas. "Dicen que es una facultad y no lo es" atronaba mientras Mira repasaba los problemas más habituales. "Frío o calor excesivo en clases y despachos, falta de aulas, goteras, ausencia de medios..." para desembocar en el último episodio, la caída de parte del techo de la nueva aula de informática y antigua sala de reprografía. "Podía haber ocurrido algo grave porque minutos antes había personas en esa clase, pero parece que hasta que de verdad ocurra un accidente grave no van a poner solución" aunque se congratuló de que "toda la universidad está con nosotros y esperamos que la DGA haga lo mismo".