La situación de Urgencias del hospital Miguel Servet es el cuento de nunca acabar. La junta de personal del centro aseguró ayer que este servicio se encuentra "saturado" y que ayer sufría un "colapso absoluto", lo que está repercutiendo en la calidad asistencial hacia los usuarios --quienes esperan casi hacinados entre 48 y 72 horas a ser ingresados-- y en una mayor presión a los trabajadores. La gerente, María Luisa Noeno, quien se reunió ayer con la junta, reconoció la existencia del problema y apuntó algunas soluciones, pero recordó que no es mayor que hace unos años y pidió colaboración a los sindicatos para no crear alarma social.

Según la presidenta de la junta de personal, Ana Asín, al mediodía de ayer había pacientes que esperaban una cama para ser ingresados desde el sábado; en concreto, 45, según la gerente. "Está todo a tope y eso que aún no ha llegado la epidemia de gripe. Exigimos soluciones, porque el problema se ha enquistado y los trabajadores ya no pueden más", lamentó Ana Asín.

Entre las respuestas consensuadas por la gerencia y los sindicatos destacan tres: la apertura de unas diez habitaciones para agudos que hasta ahora no se utilizaban, la concertación de más camas con el hospital Militar y la creación inmediata de una unidad de Urgencias en el hospital Royo Villanova.

De todas formas, la gerente subrayó una cuarta solución: "Hay que recordar a los ciudadanos que para dolencias no muy graves pueden acudir entre semana y en muchos casos hasta las ocho de la noche a su centro de salud, además de a otros centros, como el Clínico".

SIN ESPACIO Esta falta de camas, según personal del hospital, se debe al aumento de las operaciones quirúrgicas programadas por la tarde para atajar las listas de espera, lo que impide tener disponibilidad para las urgencias. Esta sobreocupación obliga a Urgencias a mantener durante horas e incluso durante días a pacientes que debían ingresar en planta. Este fin de semana no sólo se saturó la sala de Observación, que estaba al doble de sus posibilidades con 50 enfermos cuando tiene capacidad para 25, sino que se llegaron a ocupar los boxes, donde el médico visita y reconoce al enfermo, así como dos de las tres salas de vitales, reservadas y preparadas para atender situaciones de máxima urgencia, como los infartos. Además, cinco pacientes fueron remitidos a las Urgencias de Traumatología.

El tiempo y las condiciones de espera eran ayer las principales quejas de los familiares de los enfermos que esperaban en la sala de Observación para ser trasladados a su planta correspondiente. Los pacientes se encontraban hacinados, en camas o camillas prácticamente pegadas unas con otras, sin espacio para la intimidad o un adecuado confort.

La falta de camas en planta desde el fin de semana provocó ciertas tensiones entre el personal y los familiares de los pacientes. Hubo quien incluso perdió los nervios y protagonizó episodios tensos.

EXPLICACIONES DE GERENCIA Tras reunirse con la junta, la gerente confesó que el fin de semana en Urgencias ha sido muy duro. "Sólo el domingo hubo 330 consultas de pediatría, lo que eleva notablemente la media de 550 urgencias que atiende diariamente este servicio".

Esta avalancha ha provocado que 45 pacientes esperen turno para disponer de una cama. Noeno cree que hay que agilizar las altas para hacer espacio cuanto antes a los pacientes y poner en marcha las medidas consensuadas a la espera de la ansiada reforma integral del hospital.