Raquel Tenías, responsable de movilización social de IU Aragón, carga con la amenaza de pasar cuatro años en prisión por su presunta participación en los disturbios ocurridos durante las Marchas por la Dignidad en Madrid, el 22 de marzo del año pasado. La Fiscalía considera que deben imponérsele penas de un año y medio por desórdenes públicos y otros dos años y medio por atentado a agente de la autoridad.

Lo llamativo de la última solicitud, según la propia acusación pública, es que "no consta" que Tenías, ni otra mujer a la que acusa conjuntamente con ella, "hubieran causado la lesión". Esta consistió en una herida en el labio superior a un policía, que tardó cinco días en curar. Ambas afrontan además una multa por una falta de daños, aún cuando con su presunto lanzamiento de "piedras, botellas y objetos" a la embajada de Francia tampoco causó daños.

Tenías compareció ayer en la sede de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ) para volver a insistir en su inocencia --"ni siquiera sé dónde está la embajada de Francia", ilustró-- y agradecer el apoyo ciudadano que está recibiendo. Como representantes del mismo la arroparon, entre otros, la presidenta de la FABZ, Nieves Boj, la integrante de las Marchas por la Dignidad Aragón Maribel Martínez y el concejal de IU en Zaragoza Pablo Muñoz. Este, como testigo presencial y abogado, subrayó lo desproporcionado de la petición de la pena y la "sinrazón jurídica" de los cargos.

CAMPAÑA

Los congregados anunciaron una serie de acciones de apoyo a Tenías, prolongación de los que ya ha recibido en las redes sociales. Preparan movilizaciones, recogidas de firmas y recabarán apoyo de los grupos políticos para protestar por la imputación de Raquel, como símbolo de los 21 detenidos en Madrid cuyas acusaciones empiezan a darse a conocer.

Tenías insistió en que le parece "vivir una película", de terror, desde el año pasado, y que nunca pensó que esto "llegaría a juicio". Asegura, como corroboró Muñoz, que ella iba andando de regreso a los autobuses para Zaragoza cuando la rodearon los manifestantes que corrían y luego los antidisturbios. "No me dio tiempo a ver nada, me vi rodeada, inmovilizada y esposada". Reiteró que aún no se cree lo que le pasó "por manifestarme para pedir una vida mejor".