El miedo a que descubran una infidelidad fue supuestamente el arma que utilizó Elena D. para desplumar a un vecino de Zaragoza con el que mantenía relaciones sexuales.

La Fiscalía lo tiene claro y por ello solicita para ella seis años y medio de prisión por entender que cometió una ristra de delitos que van desde la extorsión hasta la estafa, pasando por el robo y la receptación. Junto a ella, también está acusado Gheorghe G. , quien se enfrenta a tres años y seis meses de cárcel por ayudarla.

Los hechos por los que serán juzgados proximamente ocurrieron en febrero de este año en el que la acusada conoció al hombre cuando ella estaba pasando por una mala situación económica. Según la denuncia, la procesada le pidió un día que le prestara 300 euros para pagar el alquiler del piso, pero días más tarde le solicitó 1.050 euros para hacer frente al pago de unas mensualidades que debía. A raíz de ello comenzaron a acostarse.

No solo le prestó un dinero que no recuperó, sino también algunas joyas con el pretexto de necesitarlas para una boda.

AMENAZAS

En marzo la actitud de Elena D. cambió presuntamente y empezó a amenazar al hombre con revelar a su esposa la relación sexual que mantenían si no accedía a sus nuevas pretensiones.

Consiguió que le comprara dos ordenadores portátiles de 718,90 y 680 euros, afirmando que procedería a la venta por un precio superior para devolverle el dinero, pero eso nunca pasó.

Asimismo, relata la Fiscalía que un día la encausada se apoderó, en un descuido de la víctima, de la tarjeta de débito y sacó 500 euros de la caja de ahorros.

No acabaron aquí ansias de la procesada, ya que un día le pidió 880 euros porque necesitaba recuperar las joyas que le había prestado meses antes para una celebración. Él se lo dio, pero no cumplió el cometido inicial, sino que, según la acusación pública, envió ese dinero a Rumanía.

Estos hechos son negados por la abogada defensora, Carmen Sánchez Herrero, quien mantiene la libre absolución de los procesados.