La Fiscalía ha solicitado a la Audiencia Provincial que revoque una sentencia del Juzgado de lo Penal número 7 de Zaragoza y eleve de dos años a cuatro la condena a A. A. V., un miembro de la SECA (Sociedad de Estudios del Cáñamo de Aragón) al que la Policía intervino 34 kilos de marihuana que custodiaba en un almacén en Delicias.

El ministerio público pidió en el juicio para A. A. V. una condena de cuatro años de prisión y 40.000 euros de multa por un delito de tráfico de droga blanda agravado por la notoriedad de la cantidad que le fue intervenida, aunque su representante en la vista oral propuso a la jueza que en la sentencia pidiera su indulto o sugiriera una reforma de la ley al considerar "desproporcionado" el castigo que el Código Penal asigna a este tipo de conductas.

Finalmente, la magistrada impuso a A. A. V. una pena de dos años de prisión al apreciar como una atenuante de confesión el hecho de que, cuando la Policía lo arrestó en una calle de Delicias con una bolsa de marihuana, les indicó a los agentes dónde tenía el resto de la yerba.

RECURSOS La Fiscalía ha recurrido esa sentencia ante la Audiencia, a la que ha pedido que elimine la atenuante de confesión y eleve la pena a cuatro años de prisión.

La condena inicial permitirá a A. A. V. eludir el ingreso en la cárcel ya que carece de antecedentes penales.

El abogado defensor de A. A. V., el penalista Pedro Santisteve, también ha recurrido la sentencia ante la Audiencia Provincial de Zaragoza, aunque en este caso lo ha hecho para solicitar la absolución del único imputado.

El letrado sostiene que no se trata de un episodio de tráfico de drogas, ya que la marihuana que custodiaba el acusado es suministrada por la SECA a sus socios mayores de edad en un local cerrado al público, y no se distribuye en la calle ni es vendida a terceras personas, por lo que se trataría de un caso de consumo compartido y controlado, despenalizado en España por la jurisprudencia.

SIN BENEFICIO El acusado, por otra parte, no obtenía ningún beneficio económico por encargarse de custodiar la yerba de la asociación.

A. A. V., que lleva 25 años consumiendo marihuana, contactó con la SECA, de la que ha sido directivo en varias etapas, cuando enfermó de cáncer su padre, al que la yerba le permitió sobrellevar los efectos del tratamiento de quimioterapia.