El exsubdirector general de Control de Transporte Aéreo de la Dirección General de Aviación Civil Luis Rodríguez Gil, aseguró ayer en la Audiencia Nacional que el avión Yakovlev-42 que se estrelló el 26 de mayo de 2003 provocando la muerte de 62 militares españoles no tenía su permiso para realizar el vuelo en el que se produjo el accidente.

El exalto cargo de Fomento compareció ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska como testigo de la causa que investiga la cadena de subcontrataciones del avión ucraniano que se estrelló en Trabzon (Turquía) cuando regresaba de una misión en Afganistán. Rodríguez Gil señaló que su departamento no concedió el certificado de aeronavegabilidad al Yak-42 para el vuelo en el que se produjo el siniestro, porque se trataba de una misión militar ajena a sus competencias.

Ante el instructor también declararon otros tres mandos militares que ocupaban cargos de responsabilidad en el Ejército en el momento del accidente. Todos ellos coincidieron que la contratación del Yak-42 fue responsabilidad del Estado Mayor de la Defensa, en el que se encuadraba el Estado Mayor Conjunto. Gómez Arruche y Eduardo González Gallarza, dos de los citados, añadieron que su única labor fue la de tramitar las quejas que recibieron al Centro de Conducción de la Defensa, al frente del que se encontraba Beltrán. Una de ellas fue la del capitán Balsera Bocanegra, que ayer aseguró al juez no recordar los detalles de la misma.

Por otro lado, ayer se supo que la repetición del juicio civil por el accidente del Yak-42, previsto para finales del mes de noviembre, se celebrará en el Paraninfo de Zaragoza, según indicó Javier Hernández García, abogado de varios afectados.