El acuerdo alcanzado con el Ministerio de Fomento para ampliar la línea de Cercanías de Zaragoza hasta Plaza, Alagón, La Cartuja y Villanueva de Gállego implicará también el cumplimiento de un objetivo primordial para el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón: la implantación del billete único. La posibilidad de hacer un número ilimitado de transbordos durante un tiempo determinado con todos los medios de transporte disponibles para el usuario. Poder usar el autobús solo para enlazar con el Cercanías, convirtiendo las líneas actuales en barrios rurales o municipios del área metropolitana en lanzaderas que ya no entren en el centro de la ciudad (ya lo hará el Cercanías en menos tiempo) y luego montar en el tranvía para plantarse en un lugar más céntrico que la estación intermodal de Delicias es un objetivo que ahora sí será posible.

El Ministerio de Fomento, aunque no aparece explícitamente en el borrador que se le ha remitido a la DGA, se comprometió con el consistorio y con CHA a que este transbordo ilimitado llegará al Cercanías (ya debía haberlo hecho hace dos años) para contribuir a una reordenación del transporte que afecta a todo el entorno metropolitano. Por eso era imprescindible dar más capacidad al túnel de Goya, para que la línea pueda triplicar sus frecuencias y ofrecer al viajero circulaciones cada 15 minutos como si fuera un metro urbano.

LANZADERAS Si el plan de inversión sale adelante y el Gobierno central es capaz de rubricar antes de finalizar el año un compromiso de financiación que se refleje durante los próximos cinco años en los Presupuestos Generales del Estado, la capital aragonesa y el Consorcio de Transportes del Área Metropolitana se verán obligados a redefinir las líneas de autobús de tres de los corredores de mayor utilización: el de la carretera de Logroño (tanto el Casetero como el que da servicio a Utebo, Monzalbarba y Alfocea), el de la A-23 (que también da servicio a la Ciudad del Transporte) y el de Plaza-aeropuerto y carretera de Valencia.

Se trataría de reorganizar estas líneas para que funcionaran como lanzaderas que converjan en el Cercanías, de modo similar a las que se están utilizando con el tranvía. Así, se reducirían costes en su explotación, ayudando a disminuir el déficit que arrastran año a año estas líneas. De hecho, la aparición del Cercanías supuso entrar a competir con algunas líneas de bus existentes, restándole viajeros, como ocurrió con el casetero con los vecinos de Casetas y, sobre todo, Utebo. Se trata de complementarse, apostar por la intermodalidad.

En este sentido, el Consorcio podrá plantearse dos líneas diferentes a seguir: o poner más frecuencias que permitan mejorar la oferta para los usuarios o, lo que parece más probable, llegar a municipios más alejados. La segunda opción, no obstante, no excluiría la primera, ya que el hecho de no tener que adentrarse en el núcleo urbano reduce notablemente el número de kilómetros que podrían añadirse al otro extremo de la línea. Así, el servicio podría llegar a autofinanciarse solo con la venta de billetes. Y en caso de subvencionar, que los costes de explotación permitan un menor desembolso, para la administración y para las concesionarias, que no dejan de acumular déficit.

Pero lo principal es que las ventajas las note el usuario y, en este sentido, será el que más se beneficie. Primero porque ya no tendrá que pagar por el autobús o el tranvía primero y luego por el Cercanías, como ocurre ahora, ya que por el mismo precio de su billete podrá hacer todos los transbordos necesarios en un tiempo determinado. Como el billete hora de otras ciudades en España.

La segunda ventaja es la del tiempo del trayecto, que se reducirá ostensiblemente. Al margen de las prestaciones que ofrece el tren con respecto al autobús, el recorrido se haría en mucho menos tiempo porque el Cercanías y el tranvía no se ven afectados por el tráfico rodado y porque circula a más velocidad.

Así, la estación de Goya sí que será la estación de referencia. Por estar en el centro y por ser la única conexión con el tranvía, el medio de transporte que servirá de entrada al casco histórico para los miles de usuarios del área metropolitana que trabajan o visitan con frecuencia la capital.