Formiche Alto, en la comarca del Maestrazgo, se ha convertido en el primer municipio aragonés en aplicar un sistema pionero que combate de forma biológica el problema de los nitratos. Esta sustancia, altamente contaminante, es producida por el exceo de purines y por los abonos, siendo un problema cada vez más extendido para los acuíferos y, por tanto, para el consumo y abastecimiento humano.

Este sistema, diseñado por la empresa de ingeniería zaragozana Ingeobras --que actualmente está modernizando los regadíos en Azerbaian y tiene diversos proyectos por todo el mundo-- tiene como ventaja que es mucho más económico y menos contaminante que una planta depuradora convencional. Existen dos métodos para eliminar el nitrato: el convencional, que es concentrando agua muy cargada de nitratos, u otra más biológica que consiste en la aplicación de unas bacterias que se alimentan de esta sustancia y de carbono y que actúan como un filtro biológico. Mediante un reactivo, convierten el nitrato en nitrógeno y este se vierte a la atmósfera sin generar ningún peligro para el medio ambiente.

Tal y como afirma el gerente de Ingeobras, Joaquín Murría, «este sistema sirve para poblaciones de hasta 3.000 o 5.000 habitantes, es muy económico y nada contaminante, con lo que se acaba con la búsqueda de pozos y la sobreexplotación». De este modo, este sistema podría atender prácticamente al 90% del territorio aragonés. En Cataluña, donde hay una saturación de granjas de porcino, comienza a instaurarse, y en Aragón podría aplicarse en más municipios en el futuro.

Supervisado por el Instituto Aragonés del Agua, el proyecto de Formiche Alto es una planta que se puede ejecutar en tres meses y cuyo coste de edificación no supera los 70.000 euros.

Esta tecnología de desnitrificación biológica termina con el nitrato hasta unos niveles del 95%, y permite la capacidad de reutilizar el agua de lavado o de verter directo al alcantarillado, mediante una instalación sencilla y sin necesidad de complejos proyectos. Otra de las ventajas es su bajo consumo eléctrico, lo que permite el uso de fuentes de energías alternativas.

El problema que se vive en Formiche Alto no es diferente al de un buen número de comarcas aragonesas, donde se están superando niveles de nitratos de 40 miligramos por litro, una cifra que se considera muy elevada y que si supera el 50% obliga a prohibir el consumo humano. Se estima que aproximadamente el 20% de Aragón podría padecer este problema, por lo que la utilización de tecnología de este tipo se hace cada vez más necesaria.

El sistema tradicional en la mayoría de pequeños municipios aragoneses es que cuando hay problemas de exceso de nitratos los municipio hacen otras prospecciones para cambiar de pozo, pero en un plazo de dos años vuelven a surgir los problemas.

El interés de esta localidad por solucionar un problema que puede llegar a ser de salud pública hizo que llegaran a conocer este sistema y se pusieran en contacto con la empresa que lo realiza. Actualmente son seis los empleados en el proyecto, de una plantilla total de 14 con proyectos de ingeniería y aguas en otras partes del mundo.