Aragón asumió ayer la presidencia de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP), que le ha cedido la región francesa de Nouvelle-Aquitaine, con el fin de dotar a este organismo de mayor capacidad política y convertirlo en un lobi para la interlocución común de los territorios pirenaicos ante Bruselas. Una de las conclusiónes de esta cumbre fue la confianza francesa en que la línea ferroviaria internacional entre Canfranc y Bedous sea una realidad en el 2023.

La CTP celebró ayer en Biarritz (Francia) su 35 cumpleaños con una sesión plenaria de los siete territorios que la forman: Andorra, Nouvelle-Aquitaine, Occitanie/Pyrénées-Méditerranée, País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña (aunque solo acudieron técnicos de esta comunidad).

El presidente de Aragón, Javier Lambán, recibió el testigo de la presidencia de este órgano de cooperación y se mostró dispuesto a «estar a la altura de esta magnífica herencia» con, entre otras cosas, la finalización de la elaboración de la Estrategia del Pirineo 2018-2024 que pretende que trascienda de lo técnico y convierta a la CTP en un «instrumento político» que impulse proyectos «de toda la zona, de todas y cada una de las regiones».

La Estrategia del Pirineo que se desarrollará pues bajo la presidencia de Aragón se centra en cuatro grandes ejes: clima y medio ambiente; demografía; movilidad y conectividad, y gobernanza y capitalización. En especial, las prioridades de la presidencia aragonesa, según fuentes del Gobierno autonómico, pasan por la demografía en cuanto a la despoblación, dispersión y envejecimiento de la población, y por la movilidad, referente a transportes y nuevas tecnologías.