Francisco Pizarro asumió el cargo de decano de los notarios aragoneses hace ya más de cuatro años, en tiempos convulsos para el sector, con una importante merma de ingresos por el desplome de la actividad económica. Su empeño fue desde el principio dar a conocer la labor de los notarios, más amplia de lo que se cree. Y en ello sigue.

--¿La gente sigue acudiendo menos al notario de lo que podría?

--Lo que puedo decir es que la función de asesoramiento ante cualquier decisión, en nuestro ámbito, claro, sigue sin ser muy conocida. Podemos asesorar a la gente en cualquier cosa, y es gratuito.

--¿Hay muchas posibilidades en los trámites que el público desconoce?

--Bastantes. Por ejemplo, en el tema al que nos referíamos de las bodas y separaciones. Hay un régimen de capitulación de bienes (el reparto del patrimonio en el matrimonio) que no se usa, porque la gente no lo conoce, pero que a mí me gusta mucho. Frente a la separación de bienes o el de comunidad (todo es de los dos), está el de participación. Es más complicado, y por eso no se suele escoger, pero es muy útil. Se trata de que cada uno llega con su propio patrimonio al casarse, pero cuando la unión se acaba, por cualquier motivo (muerte, separación, etc.) lo que se ha generado durante ese tiempo se reparte a partes iguales, o en la forma en que se haya decidido. Pero exige ir llevando cierta contabilidad de cómo se reparten los bienes.

--¿Qué otras posibilidades ve poco potenciadas?

--El tema de las tutelas, también me gusta incidir en él. Se trata de regular las capacidades modificadas, y los notarios tenemos muchas posibilidades a la hora de responder a la pregunta de "¿qué pasará con mis hijos cuando yo falte?". Frente a una incapacitación total, por ejemplo un disminuido psíquico puede no tener capacidad para gastar sin límite, pero sí para manejar 100 euros a la semana para hacer su vida. Este tipo de decisiones, con quién debe vivir... se puede regular el ejercicio de libertad.

--¿También para uno mismo?

--Sí, para al autotutela, es bueno dejar sentado, antes de que no se tenga capacidad para hacerlo, si quiero que me cuiden en casa, en una residencia, quién dispondrá de mis bienes... Los notarios trabajamos con documentos, pero detrás de cada uno hay una persona, y es lo que me gusta de mi trabajo. Hay mucho desconocimiento de nuestra labor. En este tema, por ejemplo, yo recomendaría que se acuda a un notario con los primeros síntomas de una enfermedad degenerativa.

--¿Y eso cómo se puede paliar?

--Hay una propuesta del Consejo General del Notariado, que yo apoyo. Debería haber una asignatura en los colegios de conceptos jurídicos básicos. Se podría impartir a los jóvenes de tercero o cuarto de ESO. Tendrían que conocer sus derechos, lo que es un préstamo, los intereses, los regímenes matrimoniales, los impuestos. Son cosas que en realidad usan a diario, pero no lo saben. Y ya que estamos en Aragón, se podría incluir en el programa el Derecho Foral. Ya decía (Joaquín) Costa que si algo caracteriza a Aragón es su derecho. Abre campos que en otros sitios no tienen.

--¿Qué le gustaría cambiar de la percepción social del notario?

--Habría que romper muchos estereotipos. No nos dedicamos a firmar, antes hay, o puede haber, un asesoramiento, una preparación. Y tenemos mucho que comunicar a la sociedad. Por ejemplo el tema de los archivos. Tenemos documentos desde el siglo XIII, la historia de las ciudades la tenemos nosotros.

--¿Qué equivocaciones suele tener la gente respecto a los derechos y posibilidades a los que aludía antes?

--Por ejemplo, hay un cierto desconocimiento sobre las posibilidades del testamento. En Aragón, el régimen más habitual es el usufructo (el viudo dispone de los bienes hasta que fallece). Se cree que siempre se deja todo al cónyuge, y no. Hay una parte de la herencia, que se conoce como la legítima, que se ha de dejar a los herederos. Pero lo que no se sabe es que puede ser solo a uno, a un hijo en particular o a un nieto, es distinto que en otros lugares de España.

--Se les suele relacionar con transacciones bancarias o empresariales, ¿en estas también hay ideas equivocadas?

--Hay aspectos que creo que pese a todo, aún no quedan muy claros, como el tema de las garantías. Salvo que se indique específicamente lo contrario, respondemos a las deudas con todos nuestros bienes, y lo mismo sucede con las garantías de los avalistas. Cuando firmas por alguien siempre piensas que va a cumplir, pero el problema es cuando no lo puede hacer. Deberíamos saber los detalles cuando firmamos algo.

--¿En las empresas también pasa?

--Conviene que se distinga cuando actúan como representantes de la sociedad o como personas físicas. Porque si lo hacen como estas, también responden de las pérdidas con sus bienes. Hay distintas posibilidades, y como en todos los temas, sugiero que vengan a contrastar las cosas. Lo que le haya pasado al de al lado no tiene por qué ser válido para uno. Cada caso es un mundo.