El futuro centro de día de Valdefierro, que se ubicará en la plaza Inmaculada, contará con un 50% más de superficie construida --330 metros cuadrados-- tras la modificación, a petición de los vecinos, del proyecto inicial. Su diseño definitivo, que se presentará al barrio en febrero de 2006, prevé edificar un total de 900 metros cuadrados, gracias a la inclusión de una planta sótano --de 230 m2-- y la ampliación de una de las alturas en otros 100 m2. El comienzo de la obras queda ahora pendiente fundamentalmente de la licencia que debe otorgar la Concejalía de Urbanismo del consistorio zaragozano. El presupuesto total es cercano al millón de euros.

El edificio contará con cuatro plantas (sótano, bajo y dos alturas) en las que se ofertarán a los mayores servicios asistenciales como podología, peluquería, comedor o prevención de alzheimer.

Representantes de la Asociación de Vecinos Aldebarán se reunieron la semana pasada con el director general del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), Miguel Ariño, preocupados por el estado del proyecto. El encuentro sirvió para tranquilizar a los vecinos, quienes temían por el "olvido" de este nuevo equipamiento.

Manuel Moreno, presidente de Aldebarán, confía en que el centro, cuya apertura inicial era para este año, pueda inaugurarse dentro de al menos dos años, entre finales de 2007 o principios de 2008, lo que significaría, dice, que no "ha habido grandes contratiempos" en la concesión municipal y en el desarrollo de las obras, que durarán 18 meses.

Por ello, la asociación se ha puesto en contacto con la presidenta de la Junta Municipal de Oliver-Valdefierro, Mar Herrero, para que el ayuntamiento acelere en lo posible la licencia de obras. "Nosotros ya hemos hecho nuestros deberes", apuntó Ariño.

El IASS se reunirá trimestralmente con los vecinos para pactar la cartera de servicio del centro, lo que ratifica el carácter participativo que ha inspirado el proyecto, según Ariño. Y es que, en la presentación inicial del diseño, en mayo de 2004, se tuvo en cuenta la reclamación de los vecinos de "que se hiciera con todos los metros cuadrados que se pudieran ganar", explicó Moreno, por lo que se propuso edificar una planta subterránea.

Esto exigió una serie de consideraciones técnicas (nuevas mediciones, catas arqueológicas, estudios geotécnicos) que se han ido realizando en el último año.