El proyecto técnico de la reforma y ampliación del edificio de la Facultad de Filosofía y Letras contempla un ahorro del 42% en calefacción gracias a la instalación en la cubierta de 105 paneles solares que permitirán producir energía. Esta es una de las cuestiones «sostenibles» más destacadas del diseño de Magén Arquitectos e Ingeniería Torné, presentado ayer a la comunidad educativa, y que se basa en una política de eficiencia energética del 100%.

El proyecto establece un consumo «casi nulo» de energía para el conjunto de los dos edificios (el pabellón de Filología y la actual facultad). «Lo que hemos buscado ha sido integrar una propuesta de sostenibilidad con una estructura histórica, donde conservaremos sus elementos patrimoniales, y daremos respuestas en el diseño a tareas de investigación y docencia», explicó el arquitecto Jaime Magén.

Las obras, con un presupuesto de 23 millones de euros, empezarán en septiembre (durarán tres años) y transformarán el aspecto actual de la facultad y el entorno. «Actuaremos sobre los 11.000 metros cuadrados construidos y edificaremos 9.000 de nueva urbanización», puntualizó Magén. «El conjunto será un todo coherente y unitario, donde no habrá diferenciación», dijo. Además de los paneles solares, que permitirán generar simultáneamente electricidad y calor, se instalarán pozos canadienses y un gran reservorio estacional de 200 metros cúbicos que usarán la energía geotérmica para los sistemas de ventilación y reducirán el consumo de los sistemas de climatización.

Vegetación

Además, la reducción de la huella de carbono del nuevo espacio será un 70% menos que el actual y su consumo de energía mínimo será algo menos que el de un hogar convencional. En lo relativo al consumo de agua, la construcción tendrá redes selectivas de evacuación para recuperar las aguas pluviales y reutilizarlas.

El edificio «saludable» de la nueva facultad de Filosofía incluirá vegetación en las cubiertas y en los espacios interiores; espacios de relajación, escaleras «atrayentes que inviten a evitar el ascensor» y materiales de bioconstrucción, altamente reciclables y de bajo impacto ambiental.

También habrá un patio central para la comunidad universitaria. «Será una especie de plaza interior, donde se podrá dar lugar a conversaciones informales, así como a la convivencia entre alumnos y docentes», señaló Magén en su presentación.

Respecto a la distribución, la planta baja será para los espacios públicos (cafetería o exposiciones); en la segunda estarán el aula magna o los decanatos; y en la parte superior los diferentes despachos. Los laboratorios se situarán en el semisótano. «La fachada se mantendrá, solo se sustituirá la carpintería, porque la estructura está bien. En el interior se actualizará el vestíbulo, pero la distribución tendrá una organización similar. Se actuará en los núcleos de comunicación para mejorar la orientación del edificio», añadió el arquitecto.

Pantalla exterior

En cuanto a los elementos patrimoniales actuales, el mural cerámico de los años 60 del artista Ángel Grávalos se mantendrá en el nuevo espacio, así como también el que está en la cafetería o algunas piezas del mobiliario de Loscertales en la zona de Geografía.

Por su parte, el pabellón de Filología sí que será totalmente derribado y pasará a ser la sede de los diferentes departamentos que configuran las diferentes titulaciones de la facultad. Este también mantendrá un diseño que favorecerá la eficiencia energética y, entre sus novedades, presenta la instalación de una pantalla exterior (que dará a la zona de la entrada principal al campus San Francisco) donde se proyectarán exposiciones o conferencias.

La licitación del concurso para ejecutar la rehabilitación y reforma de Filosofía, cuyas obras empezarán en septiembre, está abierta y la presentación de ofertas finaliza el 16 de abril.