El cuidado del medio ambiente es fundamental para el futuro sostenible del planeta. De ahí que se agradezcan las pequeñas iniciativas ciudadanas a favor de la eliminación de residuos contaminantes, como en este caso lo es el tratamiento de purines, uno de los peores problemas medioambientales con que se enfrenta Aragón, donde se generan cerca de diez millones de toneladas anuales.

Alfonso Azorín Corral, consciente de la situación, ha dado un nuevo enfoque a sus conocimientos como técnico de mantenimiento de refrigeración y ha patentado un sistema sencillo para separar el nitrógeno del purín y transformarlo en abono orgánico. "Los ganaderos están muy interesados con la idea y alguno incluso se está planteando una inversión para ponerlo en marcha", afirma este inventor. El proyecto cuesta entre 36.000 y 42.000 euros, a lo sumo 60.000 euros, es decir, de seis a diez millones de pesetas.

ALTERNATIVA EFICAZ Este proceso sería una alternativa a las plantas de cogeneración o a los tratamientos mediante bacterias. "El invento tiene por objeto reducir los altos costes mediante un proceso eficaz, competitivo y que permita aprovechar todos los recursos de estos residuos", añade Azorín Corral.

En síntesis, el proceso se basa en la extracción del nitrógeno hasta reducirlo a unos niveles que permitan su aplicación como abono orgánico o, dado que el purín contiene un 90% de agua, como líquido de riego. De esta manera, se eliminaría el exceso de nutrientes del suelo (nitratos, fósforo y potasio) y la contaminación, por filtración, de los acuíferos. Además, y dado que se alcanzan temperaturas superiores a los 125ºC, se eliminan del abono resultante los elementos patógenos.

Para ello, primero se procede a una fase de batido de los excrementos para homogeneizar la masa que será introducida en un depósito vertical. En su interior, unas palas producirán un movimiento circulatorio de arriba hacia abajo a la vez que se introduce, desde la parte baja, vapor de agua hasta alcanzar los 125ºC.

Los vapores arrastrarán en su camino ascendente el nitrógeno y serán evacuados por la parte superior para su posterior condensación. Mediante una tubería refrigerada, el líquido se transportará a un depósito exterior para su almacenamiento y para eliminar las emanaciones nocivas al ambiente.

Pero de esta cadena se obtiene además un segundo producto: un abono de alta calidad. Añadiendo a los vapores amoniacales ácido sulfúrico o nítrico se consigue sulfato o nitrato amónico. Productos éstos que los agricultores compran ya manufacturados como abono, por lo que el ahorro para el ganadero es doble.

"En consecuencia, este tratamiento permite la posibilidad de ampliar la cabaña porcina, ya que su aumento va ligado directamente con la evacuación de los purines originados", asegura el inventor de un sistema capaz de racionalizar el consumo de los nitrógenos según cultivos o tierras.