Los presidentes de Aragón y Castilla-La Mancha, Javier Lambán y Emiliano García-Page mantuvieron ayer en el Pignatelli su primer encuentro bilateral. Trataron asuntos que comparten ambas comunidades, entre ellos la oposición al trasvase de agua a Levante, ya sea desde el Ebro o desde el Tajo. De hecho, este último fue puesto como ejemplo de lo que es la mala planificación hidrológica.

García-Page reconoció que le gustaría que en Castilla-La Mancha existiera "la unidad en torno al agua, a nivel social y político", que hay en Aragón. Sobre el trasvase del Ebro dijo que entiende "perfectamente" el rechazo aragonés a este proyecto a la luz de la experiencia del Tajo-Segura, "que se hizo a espaldas de toda la cuenca y que ha hecho que un río que por naturaleza desemboca en el Atlántico, lo haga en el Mediterráneo". "El agua hay que compartirla, sin duda", subrayó, pero también destacó que "de manera preferente" en la cuenca que la tiene.

Los dos presidentes apostaron por un modelo territorial federal y cohesionado que garantice la prestación de unos servicios de calidad, para lo que consideran imprescindible que los criterios de territorio y despoblación sean fundamentales en el nuevo sistema de financiación autonómica.

Uno de los asuntos que más preocupa a ambos dirigentes es el de la despoblación en sus respectivos territorios, ambos muy extensos para muy poca población, y además dispersa. Por eso, García-Page insistió en que el próximo modelo de financiación "no puede estar expuesto a chantajes o vaivenes de tipo nacionalista" y rechazó que el debate que se plantea "termine obscenamente en un problema de cuenta corriente".

A su juicio, la despoblación tiene que formar parte del "núcleo determinante" de la financiación autonómica del futuro. Una posición en la que ambas comunidades coinciden, y que Aragón lleva tiempo reivindicando, sin demasiado éxito, por cierto.

Ambos dirigentes hablaron también de sanidad, en tanto en cuanto que, como comunidades vecinas, mantienen convenios para la atención de pacientes en hospitales y centros de salud. Ambos criticaron la desaparición del Fondo de Cohesión Sanitaria. Para Lambán, esta supresión está causando "destrozos absolutamente injustificables" en el sistema de sanidad pública de las comunidades.