La consellera de Agricultura de la Generalitat de Cataluña, Meritxell Serret, ha defendido hoy su apuesta por unos regadíos "modernos" y "eficientes" en los que "se aseguren todos los usos y caudales ecológicos" del Ebro.

Serret ha hecho estas declaraciones en el marco de la jornada "Vulnerabilidad de los Deltas frente al cambio climático", que ha organizado la Comunidad de Regantes de la Derecha del Ebro.

Según Serret, el nuevo Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, no ha priorizado "suficientemente bien" unos "estudios técnicos y científicos que avalen bien cuál debe ser el caudal ecológico y la capacidad que tenemos de hacer ampliaciones de regadíos" .

En cuanto a la ampliación de regadíos, asunto que ha suscitado controversia entre los contrarios al trasvase y los regantes, la consellera ha subrayado que su "prioridad número uno" es "modernizar los regadíos históricos y consolidar los que se están implantando y que ya son regadíos eficientes y modernos".

"Cualquier ampliación" de regadíos, ha añadido, se basará "en estudios bien fundamentados y que aseguren bien su sostenibilidad y viabilidad, teniendo en cuenta el conjunto de la cuenca".

Serret ha recordado que trabajan para impulsar los regadíos Xerta-Sénia y Segarra-Garrigues y ha subrayado que estos canales "son aliados para el desarrollo del territorio".

El Departamento de Agricultura, según su responsable, conversará con todos los agentes para ver si hay elementos que hay que ajustar para que los regantes se unan a estos canales.

Por su parte, el presidente de la Comunidad de Regantes de la Derecha, Manuel Maciáà ha reclamado al Departamento de Agricultura "medidas duras" para asegurar la supervivencia del Delta frente al cambio climático.

Según Macià, hacen falta muros "de piedra" para frenar la subida del nivel del mar, "como se ha hecho en el Delta del Po y el Mississippi"; además, ha reclamado la construcción de una valla salina en el Ebro por evitar el avance de la cuña salina marina por el curso del río.

Macià también ha recordado que los regantes que él representa son favorables al Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro por que "garantiza agua para los regantes", aunque ha reconocido que la ampliación de hasta 465.000 hectáreas más de regadío debe ir ligada "a la construcción de más embalses".