La Generalitat presentó ayer ante el juzgado número 1 de Huesca un escrito en el que considera «deficientes» las condiciones de seguridad y conservación del monasterio de Santa María de Sijena y pide que dos técnicos del departamento de Cultura puedan comprobar «in situ» cómo se exponen los bienes.

El escrito parte de unos artículos publicados en varios periódicos, entre enero y febrero de este año, sobre la exhibición de las piezas artísticas reclamadas por Aragón que se trasladaron el pasado verano al monasterio y en los que se indica que el edificio sufre diferentes carencias para albergar las obras, según Efe.

Ante ello, los técnicos expertos de la Consejería de Cultura exponen en el escrito qué medidas de seguridad deberían aplicarse en lo referente a climatización, iluminación, pavimentos, exposición de indumentaria litúrgica y humedades exteriores.

En lo referente a la climatización, los técnicos entienden que las condiciones «deben ser estables y mantenerse dentro de los rangos siguientes: 18-25 grados centígrados de temperatura, con una oscilación máxima diaria de +/- 2 grados y una humedad relativa entre el 40% y el 60%, con una oscilación máxima diaria de +/- 5-10%, y una oscilación máxima anual de +/- 20%.

Sobre la iluminación, la Generalitat subraya que debería ser «estable» y que se tienen que «respetar los niveles de iluminación máximos recomendados para cada material».

En cuanto al hecho de que haya una zona próxima a los muros no pavimentada todavía, la administración catalana señala que «los pavimentos de los espacios expositivos no pueden estar hechos con materiales friables o que suelten polvillo y partículas que queden en suspensión y que puedan llegar a depositarse sobre las obras».

Respecto a la exposición de indumentaria litúrgica, los técnicos recomiendan «su exposición en un soporte hecho a medida. En función del peso y del estado de conservación puede que no sea posible su exposición en vertical», tal como se encuentran ahora en una vitrina y en unos armarios.

Por otra parte, la Generalitat alerta de que «se tiene que evitar cualquier foco de humedad que provenga del exterior, ya que fácilmente puede llegar a las paredes del edificio por capilaridad o por filtraciones, y perjudicar así la conservación de las obras». En particular preocupa que se pueda embalsar agua por efecto de la humedad.