Los gobiernos de Aragón y de Cataluña deberían de haber aprobado ayer el convenio para la devolución de las 53 obras de Sijena. El acuerdo se habría firmado este viernes, cuando las piezas podrían haber vuelto a la comunidad. Ese era el plan, que quedó truncado el lunes por la noche cuando la Generalitat decidió incumplir su palabra, dio un paso atrás, y optó por bloquear cualquier pacto.

La política, que debía solucionar un conflicto enconado durante décadas, al final ha terminado por quebrarlo. Los desacuerdos en el seno del Gobierno catalán y los problemas territoriales que generaba la devolución de los bienes, sobre todo en Lérida, ha hecho que la Generalitat haya cambiado de opinión en el último minuto. En el Ejecutivo aragonés, la consejera de Cultura, Mayte Pérez, que ha encabezado la negociación con Cataluña, fue ayer la encargada de dar la cara, y de reconocer la "decepción" que el fracaso de las conversaciones supone para ella. Aseguró que no se siente engañada.

ADIÓS AL PACTO

La causa política por la que ha descarrilado el acuerdo hay que buscarla en el seno del propio Gobierno de la Generalitat, donde ERC, ha forzado la ruptura. La cercanía de las nuevas elecciones y los problemas que generaba en Lérida la devolución de las 53 obras ha terminado por liquidar el pacto. Aunque ayer desde Cataluña negaron que el incumplimiento de la palabra del consejero de Cultura, Santi Vila, se debiera a las luchas internas entre los partidos. "Había un acuerdo casi cerrado al 100%. Lo que ha ocurrido es que en Cataluña no ha habido acuerdo suficiente", reconocieron.

"Aquí nadie ha tumbado nada", remarcaron para negar que la decisión venga determinada por ERC y su líder, Oriol Junqueras. "El problema --detallaron-- viene de la zona de Lérida, existía oposición por parte de todos los partidos ahí. La gente de Esquerra solo ha expresado su preocupación. Y lo más prudente era dejarlo. Con Oriol Junqueras se habló la pasada semana y estaba de acuerdo", aseguraron.

La consellera de la Presidencia, Neus Munté, explicó ayer que la Generalitat "sigue trabajando" para "buscar el máximo consenso" con el Ejecutivo aragonés en el conflicto por las obras de arte creadas en Aragón, pero que se conservan en el Mnac o en el Museo de Lérida. Pese a ello, desde la Generalitat advirtieron que "el consenso territorial a corto plazo es imposible".

Mayte Pérez subrayó ayer que se mantiene la vía jurídica para lograr la devolución de las 113 obras de arte propiedad de Aragón y que están depositadas en Cataluña, sin descartar, en el caso de que no se ejecute la sentencia, el envío de la Policía encargada de Patrimonio Cultural para su recuperación. Sería esta la última opción, pero visto lo visto, nada puede descartarse. Sobre todo porque el plante de la Generalitat deja al Gobierno autonómico en una situación comprometida.

Pese a las reservas y cautelas del Ejecutivo, que nunca dio por hecha la devolución de las 53 piezas, lo cierto es que la falta de un acuerdo firmado arrojaba dudas sobre el compromiso adquirido por el consejero Santi Vila, que a principios de marzo dijo en Zaragoza que las obras iban a volver. Así se lo hizo saber la oposición a Mayte Pérez. Todos los grupos exigieron un pacto plasmado negro sobre blanco. La desconfianza era lógica teniendo en cuenta otras experiencias. Y al final los peores presagios se han terminado por cumplir. Se repite la historia. Otra vez.