Un nuevo territorio universitario más inteligente y eficaz gracias a la conexión entre datos y la geografía es el objetivo del proyecto Smart Campus de la Universidad de Zaragoza. La idea, que ya está en desarrollo, parte de la geolocalización de los edificios y de la información que existe sobre ellos para que el visitante pueda consultar rutas y grados de accesibilidad de las instalaciones, entre otras muchas posibilidades. Este proyecto ha sido uno de los casos de éxito que se han abordado en las IV Jornadas de la Cátedra Brial de Energías Renovables de la Universidad de Zaragoza.

Bajo el título Territorios Inteligentes, sus ponencias muestran desde ayer y hasta hoy distintos espacios --desde edificaciones hasta ciudades-- en los que las nuevas tecnologías están colaborando en una mejor gestión de los recursos.

Precisamente, el caso del proyecto Smart Campus es una buena muestra del potencial de este tipo de ingenios. La directora de Secretariado de Modernización de la Universidad de Zaragoza, Paloma Ibarra, el analista de la empresa de mapas inteligentes ESRI Isaac Sánchez y Marcos Rodrigues, de RemOT Technologies, explicaron en su ponencia en qué consiste esta iniciativa y el potencial que guarda.

Así, Rodríguez detalló que este proyecto permite, gracias a su Sistema de Información Geográfica (SIG), pasar del «conocimiento segmentado» a uno conectado a través de la localización; dicho de otra forma: armoniza la información actual de la que dispone la universidad con sus múltiples bases de datos mediante «el dónde».

Este hecho propicia, según la directora, la optimización de los recursos y una mayor transparencia y eficiencia en la gestión, así como que se sitúe al usuario en el centro.

Un software especializado --en este caso el de ESRI, gracias a un convenio educativo con la empresa-- y la inclusión de los planos de la universidad al sistema para generar una base de datos geográfica fueron los primeros pasos para concretar el proyecto.

La creación de un código común para catalogar los espacios, la incorporación de bases de datos al SIG y la elaboración de las aplicaciones --una abierta al público, con menos información, y otra restringida para el personal universitario-- culminan este proceso, que también cuenta con una revisión y actualización de la aplicación con más datos y la enseñanza a los trabajadores de las ventajas de esta herramienta.

Rodrigues matizó que Smart Campus permite, por ejemplo, que cualquiera que acceda al campus sepa en qué lugar se encuentra y cómo puede ir a otro sitio. También discrimina las zonas en tres grados de accesibilidad (óptima, aceptable y mala), un aspecto pensado para aquellas personas con movilidad reducida.

Según el director del comité organizador de las jornadas, Carlos González, la iniciativa es una apuesta de la Universidad de Zaragoza para integrar un sistema de información. «Queremos un campus inteligente», recalcó.

Las jornadas concluirán hoy pero antes habrá ponencias sobre eficiencia, iluminación o smart building, entre otros temas.