El director gerente del Consorcio Aragonés Sanitario de Alta Resolución (CASAR), Javier Font, negó ayer, en su comparecencia en las Cortes "ningún mamoneo" ni "algaradas" en la integración en el Salud, que se realizará por el procedimiento de lectura única en la sesión plenaria del próximo 18 de diciembre, y que entrará en vigor a partir del 1 de enero. Font se refirió de este modo tras la contestación a la fórmula elegida por la Administración para llevar a cabo la adaptación del personal que actualmente trabaja en los centros sanitarios de Tarazona, Ejea y Fraga y al hospital de Jaca.

De hecho, y a pesar de las críticas sindicales acerca de la falta de negociación previa a la integración, Font aseguró haber mantenido "30" reuniones con los representantes de los trabajadores.

PERSONAL

Precisamente, la integración del personal en el Salud ha sido el causante de la demora. El paso como personal no estatutario de trabajadores fijos del hospital de Jaca ha provocado la indignación de los sindicatos, mientras que en Ejea también hay malestar por el blindaje de plazas destinadas a personal procedente de los cuatro centros del consorcio.

Ayer, el gerente agradeció a la plantilla del CASAR su trabajo, ya que parte del ahorro que habría conseguido el consorcio --lleva tres años consecutivos reduciendo el desembolso respecto al ejercicio anterior-- proviene, según explicó, de que el consorcio "trabaja con 47 personas menos (347) que la plantilla orgánica aprobada por el Consejo Rector (421)". Font, que defendió que el CASAR "no es una empresa lastrada o mal gestionada, ni un bodrio que nos queramos quitar de encima", admitió que "arrastramos un lastre desde 2007 porque se presupuestaba mucho más de lo que se ingresaba" y reconoció una deuda actual de más de 14 millones de euros que se elevará hasta los 16 cuando acabe el año. La mitad de esta cantidad se adeuda a entidades públicas, entre ellas la MAZ o el Banco de Sangre, y la otra mitad a privadas.

El gerente garantizó la "continuidad" de los centros, así como la cartera de servicios pero se mostró convencido de que "era el momento de integrar el consorcio en el Salud porque en Aragón no caben más consorcios y estará mejor en manos de una empresa grande". Porque, en su opinión, "no parece lógico tener cuatro centros con una gestión autónoma, ha llegado el momento de unificarlo todo y ponerlo bajo la misma gestión" y justificó la integración como "una decisión política basada en el informe encargado a Función Pública".