El consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, ha reiterado hoy la disposición del Gobierno a negociar con los grupos parlamentarios el proyecto de ley para rebajar los impuestos de Sucesiones y Donaciones, porque está en sus manos la tramitación y su procedimiento y resolver este "lío".

Será el próximo miércoles cuando la Mesa y la Junta de Portavoces decidan si se tramita el proyecto de ley presentado por el Gobierno -sustentado en un pacto con Ciudadanos- y si se hace por los cauces habituales o por el procedimiento de lectura única, de forma que está en manos de los grupos, ha dicho Gimeno, los plazos en los que podría entrar en vigor, previsto para el 1 de enero de 2019.

Sí ha aclarado, no obstante, que los técnicos necesitarían entre dos y tres meses para que se puedan acometer las modificaciones informáticas una vez entre en vigor, que sumarían a los tiempos en los que los grupos decidan que se produzca el debate de la ley.

Gimeno ha comparecido en la Comisión de Hacienda de las Cortes, a petición del PP, para explicar los matices concretos en Donaciones introducidos en la reforma, que el portavoz de Hacienda popular, Antonio Suárez, ha reclamado que vayan "a la par" por su paralelismo, ya que ambos se enmarcan en la transmisión de un patrimonio.

Suárez ha remarcado que en Sucesiones el proyecto prevé elevar de 150.000 a 500.000 las herencias exentas entre familiares directos pero se olvidan las bonificaciones y los parientes colaterales, fundamentalmente hermanos, y de tocar Donaciones salvo en favor de los hijos para la adquisición de vivienda habitual, elevando la exención de 75.000 a 250.000 euros siempre que el patrimonio previo de quien reciba la donación no supere los 100.000.

Suárez ha insistido en que ambos impuestos deben ir "a la par" y en que con esta reforma hay una descompensación "tremenda" y "se cargan" las donaciones, teniendo en cuenta que la reforma de 2015 ya provocó a final de ese año un "montón" de donaciones al limitarlas a 75.000 euros, lo que ha hecho que se hayan reducido y la recaudación por este impuesto se cifre en torno a 2 millones cuando previamente podía llegar hasta los 14.

Para Suárez, la reforma en donaciones se queda "coja" y al dejarlas aún más descompensadas de las sucesiones tendrá como efecto "perverso" que el patrimonio no pase a los hijos hasta el momento de la muerte de los padres, cuando las donaciones son una herramienta para mover la economía y el consumo.

Gimeno ha insistido en que las donaciones no son significativas desde el punto de vista de la recaudación, y en Sucesiones ha advertido de que van a bajar y se dará con un "canto en los dientes" si llegan a los 149 millones presupuestados, y ha subrayado que la transmisión de patrimonio en vida suele ser por motivos de empresa y por necesidad de ayudar a un hijo, pero también por "planificación fiscal" de quien dona.

Este último supuesto es el que preocupa en parte a las administraciones fiscales y, en ese aspecto, se ha mostrado dispuesto a analizar las mejoras que introduzcan los grupos -entre ellas relativas al mecenazgo que ha anunciado la diputada de Podemos Marta de Santos-, siempre que no destruyan el impuesto de Sucesiones, como ocurría, según el consejero, si se pueden hacer muchas donaciones sin contención.

Por Podemos, Marta de Santos, tras mostrarse de acuerdo en que hay que hacer cambios en Donaciones, en concreto respecto al mecenazgo, ha manifestado su "hastío" por el "contrabando ideológico" en torno al impuesto de Sucesiones y por que se diga que la reforma beneficia a la clase media cuando el salario medio de los aragoneses ronda los 1.500 euros y jamás podrán ahorrar 500.000 euros.

Elena Allúe, del PAR, ha apoyado las mejoras que beneficien a los aragoneses, siempre que se hagan ya, y ha lamentado la "incoherencia" de los grupos de la izquierda por elevar la presión fiscal a los aragoneses al inicio de la legislatura y cambiar de posición tres años después con una reforma electoralista con la que el PSOE ha dado "un giro" y se ha "entregado" a Ciudadanos y CHA, porque quiere mantener las consejería, "traga lo que sea".

Javier Martínez, de Ciudadanos, ha hecho hincapié en que Gimeno querría que el proyecto saliera adelante cuanto más tarde mejor, en que su contenido no será igual si lo aprueban los grupos de la izquierda o los de centroderecha y que la clave es cuándo entra en vigor la reforma, si el 1 de enero o lo antes posible, y eso está en manos del PP o de Podemos.

Por el grupo Mixto, Gregorio Briz, de CHA, ha opinado que hoy Suárez ha dado un curso de "primero de política de las FAES" y ha incidido en que a los grupos de la derecha el único debate que les importa es el de las bonificaciones, que son las que benefician a las clases altas, y las donaciones, que son las "gateras" y el "atajo" para desmontar Sucesiones a través de la planificación fiscal.

Alfredo Sancho, del PSOE, ha reiterado el apoyo de su grupo al proyecto por cuanto no supone renunciar a los principios socialistas y a la política fiscal en la que creen, que pasa por una "ineludible" armonización entre todas las comunidades.