El portavoz del Gobierno, Roberto Bermúdez de Castro, anunció ayer, justo tras una semana de desprendimientos en la Facultad de Filosofía y Letras, que el Ejecutivo va a actuar. No especificó cómo ni con qué presupuesto, pero sí avanzó que tras una conversación con Luisa Fernanda Rudi, habían decidido "buscar un fórmula".

El Gobierno aborda así, después de toda una legislatura esquivando el tema, y tras haber eliminado el plan de infraestructuras de la Universidad de Zaragoza, el problema de una facultad que, literalmente, se cae a cachos. Esta semana, debido a las lluvias, el desprendimiento del protector de unos fluorescentes impactó a una alumna, sin que hubiera que lamentar daños personales. Pero este hecho, unido a una larga retahíla de percances, obliga al Ejecutivo a mover ficha. Lo hace, eso sí, a dos meses de las elecciones.

El anuncio coincidió con la protesta de los estudiantes a las puertas del centro. Más de un centenar clamó por una reforma integral de la facultad. Las peticiones fueron las mismas que las de la concentración del 2011, cuando protestaron por el mismo motivo. De hecho, el manifiesto que se leyó ayer fue el de aquella ocasión, aunque a la cita se sumaron muchos más estudiantes.

Denunciaron el "lamentable" estado de la facultad, que según dicen los alumnos, debiera ser referente en Aragón, ya que destacaron que es la que más titulaciones acoge, con más de 3.000 alumnos matriculados. "El día a día lo pasamos con frío, goteras y humedades. Hay desprendimientos de techos e inundaciones", decía el manifiesto.

A la concentración se sumó el equipo decanal de Filosofía y Letras, junto con el adjunto al rector para infraestructuras, Joaquín Royo, la vicedecana de Proyección Social y Cultural, Concha Lomba, y el vicerrector de estudiantes, Fernando Zulaica.

El edificio data de 1941 y, desde entonces solo se han hecho algunos añadidos como la cuarta planta o el pabellón de Filología, así como pequeños arreglos en situaciones de falta de seguridad. El decano de la facultad, Eliseo Serrano, destacó que el mantenimiento "no es la solución", sino que es necesaria una partida presupuestaria para una reforma integral.