"Este premio es importantísimo porque supone el reconocimiento de la comunidad aragonesa a mi trabajo literario de cuarenta y tantos años", aseguraba ayer Ángel Guinda. El poeta, traductor y editor ha sido propuesto por el jurado como Premio de las Letras Aragonesas, con el que se le quiere reconocer "el valor de una obra poética importantísima dentro de la historiografía literaria aragonesa, fundada en la poesía española pero expresada con un lenguaje renovador adherido a su compromiso estético y humano", según la DGA.

Este galardón, reconocía Guinda, "no premia una obra pero ayuda enormemente a difundirla". El autor de Claro interior o Escribir como se vive y coautor del Himno de Aragón, asegura que le va a servir para "sentirme mucho más vinculado a mi tierra", aunque espera algún día "volver a vivir en Aragón y concretamente en el Moncayo", cerca de la Casa del Poeta de la que fue su primer residente.

COMPROMISO SOCIAL El Premio de las Letras Aragonesas reconoce su obra poética pero espera que también "mi compromiso social, y político de izquierdas, porque yo siempre he estado más cerca de los desfavorecidos y los perdedores que de los ganadores y poderosos y espero que también haya sido por eso".

Guinda nació en Zaragoza en el año 1948 y comenzó su andadura poética a los 16 años. Comezó los estudios de Medicina, que pronto abandonó por la enseñanza. Sus primeras publicaciones fueron recogidas en Vida ávida. Compaginó con la escritura su trabajo de profesor de Lengua y Literatura hasta que se trasladó a Madrid en 1987, donde desarrolló una poesía más existencialista, más preocupada por la soledad y el paso del tiempo. Es autor del manifiesto Poesía útil que reivindica una poesía "que sea no solo objeto de belleza sino también sujeto de conducta".

Su tradición poética nació con Jorge Manrique "y el tema de la muerte", sigue con Quevedo y "la existencia, la redención y el amor", continúa con Rodolfo Becquer y los sentimientos para llegar a los italianos Ungaretti, Cosimodo y Montale. También piensa en Gil de Biezma y Ángel González, así como en autores "de mi generación, los novísimos". Nombra a los aragoneses, Miguel Labordeta, Rosendo Tello, Julio Antonio Gómez, Manuel Luisma, Ildefonso Manuel Gil y a los jóvenes Octavio Gómez Milián, Manuel Martínez Forega, Nacho Escuín, Fernando Sarría o Miguel Ángel Yusta.

Recientemente publicó una antología de poetas aragonesa del siglo 20; y en enero aparecerá, en su editorial de siempre, Olifante, Espectral, "un larguísimo poema de 1600 versos pero escrito en prosa".