El primer encuentro entre el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, con los 'consellers' de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, y de Gobernación, Meritxell Borràs, ha vuelto a ser ese diálogo de sordos que caracteriza últimamente las relaciones entre el Gobierno central y la Generalitat. Más de dos horas de reuniones con el diálogo como bandera para concluir que todo sigue prácticamente como siempre: Rull insistiendo en que hay que cumplir con los compromisos adquiridos por Fomento en materia de infraestructuras; Borràs pidiendo que el Estado deje de recurrir las leyes que Cataluña dicta en materia de vivienda y De la Serna ofreciéndose a crear tantas comisiones técnicas y de trabajo como sea necesario y a presentar lo antes posible un plan (un nuevo plan) de prioridades en materia de ferrocarriles, en particular de Rodalies.

Y a la espera de que todos esos grupos de técnicos empiecen a desencallar alguna de las inversiones pendientes, el ministro de Fomento ha anunciado algunas actuaciones como la apertura, en fase de pruebas, en la primavera del 2018 del tramo del Corredor Mediterráneo entre Tarragona y Vandellòs -eso sí, con ancho ibérico todavía- y la inminente creación de la figura de un coordinador único de este eje ferroviario, cuyo nombre ya tiene decidido y "que será una persona con capacidad de interlocución y muy pegada al terreno".

"Ha sido un intercambio importante de impresiones, un primer encuentro en la relación bilateral entre administraciones, pero con un nivel de escepticismo considerable", ha subrayado el 'conseller' Rull, que se ha mostrado firme en seguir reclamando al Gobierno central que cumpla con todas las inversiones comprometidas y no realizadas desde el 2008 y que solo en Rodalies suponen casi 4.800 millones de euros.

Ajeno a la demanda, De la Serna se ha mostrado más partidario de revisar -"actualizar", ha matizado- los planes, protocolos, convenios y compromisos adquiridos hasta ahora por sus predecesores en el ministerio, "porque tal vez las prioridades marcadas en el 2008 ya no son las mismas que ahora". Por no ponerse de acuerdo, ministro y 'conseller' no coinciden siquiera en el importe invertido en los últimos años por Fomento en Cataluña.

Tampoco ha habido acercamiento de posturas (como era de prever) en la reclamación de la Generalitat sobre el traspaso de Rodalies, una demanda, ha recalcado Rull, que no realiza solo la Administración autonómica, sino que "es de todo el territorio, desde ayuntamientos a agentes sociales y económicos". El ministro, que ha respondido que no se trata de una petición que haga únicamente Cataluña, se ha negado en redondo a tratar el asunto.

CONTRA LA BURBUJA DEL ALQUILER

Más receptivo se ha mostrado De la Serna (que es exalcalde de Santander) con los disparados precios de alquiler de vivienda que soportan algunas grandes ciudades catalanas. De la Serna ha dicho estar dispuesto a revisar la ley de arrendamientos urbanos de modo que se reforme el actual techo de 600 euros para optar a ayudas. El nuevo plan de vivienda que tiene prácticamente terminado el Gobierno, ha dicho, prevé "dar facilidades para canalizar ayudas al alquiler y a la regeneración y rehabilitación urbanas".

Sin embargo el ministro no ha dicho nada acerca de la limitación de los alquileres abusivos, al menos para los grandes tenedores de pisos, ni de la regularización de las ocupaciones por parte de familias vulnerables, las dos principales reivindicaciones de Barcelona y los grandes municipios metropolitanos en esta materia, insatisfechas también, al menos de momento, por la nueva ley catalana de vivienda.