Ni una estrella de rock ha sido tan fotografiada en el zaragozano pabellón Siglo XXI como lo fueron ayer los cientos de niños que participaron en la XXV edición de la exaltación infantil, organizada por la cofradía Exaltación de la Santa Cruz.

Con rigurosa puntualidad, a las 17.00 horas las paredes del pabellón comenzaron a temblar con el estruendo del desfile de guiones y banderines, acompañados por el grupo infantil con la marcha Zaragoza.

Las gradas se quedaron pequeñas entre padres, abuelos, amigos y familiares que orgullosos plantaron sus trípodes para grabar el paso de las 20 cuadrillas que participaron en el concurso. Los móviles lucían en primer plano allá donde se mirará y los aplausos se diluían entre el sonido de los tambores.

Ante tanta foto y expectación, los pequeños trataban de controlar la vergüenza y los nervios. Paz, de La Dolorosa, y de tan solo seis años, se estrenaba ayer como cófrade. «Hay mucha gente mirándonos», decía antes de que comenzara la exhibición. Menos nervioso decía estar Saúl, inquieto de un lado a otro, también de seis años, pero de la cofradía Jesús Nazareno. «Llevo dos años tocando y ya no tengo nervios», comentaba. Este año, la Hermandad de Cristo Despojado de sus Vestiduras y la cofradía de Jesús de la Soledad hicieron una actuación conjunta.