El Ayuntamiento de Zaragoza se enfrenta en poco más de un mes y medio a su verdadera prueba de fuego respecto a la supervisión y autorización de la instalación de carpas en la ciudad. El 8 de octubre se cumplirá un año del accidente en la fiesta de la cerveza del recinto de Valdespartera y cumplir con el nuevo decreto de espectáculos del Gobierno aragonés y el mandato judicial para la supervisión de carpas obligará a los grandes escenarios de las próximas fiestas del Pilar a adelantar su montaje. Para ellos el plazo para estar totalmente instalados es de diez días antes del inicio de la actividad y eso obliga a anticipar los trabajos a «la primera semana de septiembre».

Este es el caso, por ejemplo, de Orfeinte, cuyo responsable, Javier Molina, garantizaba ayer en declaraciones a este diario que cumplirán con los plazos marcados por la normativa y estará todo terminado «la última semana de septiembre», para que técnicos de la DGA y del ayuntamiento puedan inspeccionar y dar el visto bueno a su funcionamiento. «Ante todo está la seguridad de la gente y si el Gobierno de Aragón ha considerado que tienen que estar para entonces, así lo haremos», explicó.

OBLIGADOS // Su empresa gestiona, precisamente, el ferial de Valdespartera y todo este año va con mucho más margen. De hecho, todavía no saben cómo les puede afectar ese cumplimiento de la normativa autonómica o el incidente de la fiesta de la cerveza del año pasado, con la caída de una viga sobre una chica que le causó heridas de gravedad. Un accidente que puso patas arriba la forma en la que el ayuntamiento autorizaba las carpas y que acabó con el responsable de Servicios Públicos municipal, Alberto Cubero, y un funcionario imputados y con el embargo de sus bienes para depositar la fianza fijada por el juez.

Aún así, confía en que los zaragozanos puedan volver a tener la mayor oferta lúdica posible y que nada, ni los plazos ni el revuelo montado durante meses, afecte a una convocatoria abierta para estar presentes en el recinto que culmina «el próximo día 18». Ni siquiera se puede garantizar que este año vuelva a haber, como era tradición, fiesta de la cerveza en Valdespartera.

Aún así, todos están obligados a prestar mayor atención que otros años al plazo que fija el decreto autonómico. Y eso incluye al ayuntamiento. Desde el Gobierno municipal, el alcalde accidental y responsable de Servicios Públicos y Personal adelantó a este diario que «se va a reforzar el personal de inspección para estas fechas». Ni una carpa o montaje en la vía pública o equipamientos municipales se quedarán sin supervisar, aseveró, y en las condiciones que marcó la Justicia. Su problema, en este caso, es el número de ingenieros disponibles. En su área solo hay uno y porque lo tuvo que adquirir ante la negativa de todos sus técnicos del área a dar el visto bueno a ningún montaje en la ciudad tras lo ocurrido en los tribunales.

Se espera el aluvión de solicitudes de todos los años y requerirán de más ingenieros. Así que el plan del Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) será «en primer lugar intentar aglutinar a todos los ingenieros del ayuntamiento, trabajen en el servicio que trabajen, para atender en esas dos o tres semanas todas las inspecciones necesarias». Si no lo consigue, tampoco descarta «realizar contrataciones temporales de la bolsa de trabajo» del consistorio.

En opinión de Cubero, el objetivo debería ser la «centralización» de todo el trabajo que se realiza para «simplificar los trámites» para las empresas que en las fiestas del Pilar acuden a trabajar a Zaragoza. Dependiendo del lugar escogido para el escenario o el tamaño pueden requerir el visto bueno de varios servicios (Deportes, Participación, Servicios Públicos, Urbanismo...). Por eso a ellas también les pidió «mayor celeridad» en iniciarlos.