La Guardia Civil atendió 36 incidencias relacionadas con explosivos en la provincia de Teruel a lo largo del pasado año 2016, en las que se desactivaron 35 artefactos explosivos, así como otras sustancias como dinamita y pólvora.

Todos esos artefactos, explica la Guardia Civil en un comunicado, tienen su origen en la Guerra Civil, y entre ellos se encuentran veintidós proyectiles de diversos calibres, nueve granadas de mano de diversa tipología, tres granadas de mortero y un lanzaminas de trinchera.

Teruel fue escenario de importantes enfrentamientos durante la guerra, lo que explica esta abundancia de restos bélicos, por lo que los agentes recuerdan las normas de prevención al encontrar este tipo de artefactos que, a pesar del tiempo transcurrido, pueden explotar y causar daños.

La Guardia Civil atiende estas situaciones a través del Equipo de Búsqueda y Localización de Explosivos (EBYL) de la Comandancia de la Guardia Civil de Teruel junto con el GEDEX de la Comandancia de Zaragoza.

Según explica el instituto armado, si no se les somete a ninguna acción los proyectiles permanecen en estado "latente", por lo que en caso de realizar cualquier manipulación, "por pequeña que sea", el resultado podría ser la explosión.

"En muchas ocasiones existe un exceso de confianza debido al aspecto deteriorado del artefacto por la acción del óxido y el paso del tiempo" apuntan en el comunicado en el que reiteran que la mayoría tienen intacta su carga explosiva y son "muy peligrosos".

Así, recomiendan no tocar, no mover, ni alterar en modo alguno el objeto, señalar el lugar para reconocerlo posteriormente y dar aviso a la Guardia Civil.