La Guardia Civil se ha incautado de 380 kilogramos de hachís que transportaba una furgoneta que circulaba por la A-2, en el término municipal de Calatayud (Zaragoza).

Fuentes del instituto armado explican en una nota que sobre las 12.20 horas de ayer agentes del Destacamento de Tráfico de Calatayud observaron un vehículo ligero, destinado al transporte de mercancías, que circulaba por el kilómetro 237 de la A-2 en sentido Zaragoza y que mostraba indicios de sobrepasar notablemente la masa máxima autorizada.

Los agentes pidieron al conductor que les acompañase hasta la báscula municipal de Calatayud para pesar la mercancía y allí se verificó que el peso excedía en más de 600 kilos de la masa máxima autorizada.

Una vez hubo descargado una pequeña parte de los efectos que portaba, que eran útiles de obra, el conductor se mostró reacio a mover unos tablones de madera para encofrar, por lo que la Guardia Civil realizó una minuciosa inspección de resto de la mercancía y verificó que bajo dichos tablones, que hacían las labores de tapa, había una cavidad oculta en cuyo interior había un total de 12 fardos realizados con embalajes de plástico, idénticos a los utilizados habitualmente para transportar sustancias estupefacientes.

Los agentes abrieron los fardos y comprobaron que ocultaban hachís, motivo por el que detuvieron al conductor del vehículo por un presunto delito contra la salud pública por tráfico de drogas y comunicaron el hecho al Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Zaragoza.

En dependencias de la Guardia Civil, los especialistas del EDOA comprobaron uno a uno los fardos, todos ellos rotulados con claves alfanuméricas y que contenían numerosos paquetes compactos de hachís.

El peso total de la sustancia alcanzó los 379,5 kilos, con una valoración en el mercado ilícito de más de 600.000 euros.

Los contenedores donde se encontraba la droga habían sido elaborados artesanalmente y cubiertos por tablas de madera de encofrar con la finalidad de ser difícilmente detectables por las fuerzas de seguridad, ya que a simple vista parecía material de obra y no un mero contenedor.

Al detenido, un varón de 33 años con domicilio en la provincia de Sevilla, se le imputa un presunto delito contra la salud pública por tráfico de drogas.

Además, los agentes de la Agrupación de Tráfico lo denunciaron por cometer dos infracciones a la Ley de Transportes y otra a la Ley de Seguridad Vial, ya que al someterle a las pruebas de detección de drogas indiciarias dio resultado positivo.