La Guardia Civil ha recuperado once libros y otros documentos históricos propiedad del Seminario de Tarazona, que datan de los siglos XVI al XIX y que robó un profesor de 54 años que impartió clases en la institución en los años 80, según confesó. Nadie en el centro educativo los había echado de menos hasta el pasado mes de mayo, cuando la Policía Judicial de la Guardia Civil acudió para preguntar por ellos. Pero el buen ladrón había cobijado en su casa de Huelva a dos indigentes, que se aprovecharon de las circunstancias y le sustrajeron uno de los volúmenes y algunos documentos, para intentar venderlos en el museo provincial de la localidad. Los que robaron al ladrón no tendrán castigo alguno, al parecer, ya que según fuentes del instituto armado se les tomó declaración en calidad únicamente de testigos.

La unidad de Patrimonio de la Unidad Central Operativa (UCO) y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) terciaron en la operación Gaudeamus al denunciar los hechos los responsables del museo. Desconfiaron al acudir los dos indigentes, de nacionalidades búlgara y lituana, con documentos antiguos que tenían sellos y referencias al Seminario de San Gaudioso, en Tarazona. Por ello, se los quedaron y avisaron a la Guardia Civil.

Los vendedores aseguraron en un primer momento que se habían encontrado los documentos en la basura, pero acabaron confesando que los habían cogido de la casa del profesor, y que tenía más. Tras las indagaciones, los agentes comprobaron que un onubense había dado clases de latín y griego, en los años 80, y le visitaron. Confesó que se había llevado los libros, y los encontraron en dos casas de su propiedad. Algunos de los documentos estaban dañados, como las páginas arrancadas que trataron de vender los indigentes. Fuentes del cuerpo indicaron que aún no se sabe si los rompió él o quienes querían venderlos.

El delegado de patrimonio de la Diócesis de Tarazona, Jesús Vicente, reconoció que en el Seminario de la Inmaculada, donde el profesor robó los libros, nadie los había echado de menos al no haber sido requeridos para ninguna investigación en 30 años. Sí indicó que la biblioteca estaba "protegida", pero que el profesor tenía acceso libre a ella.

El ladrón confeso --al que recuerdan como "un gran pedagogo"-- quedó en libertad tras declarar ante la Guardia Civil. Fuentes judiciales indicaron que no es probable que sea condenado por el robo, ya prescrito.