El consejero de Presidencia del Gobierno de Aragón, Vicente Guillén, ha apelado hoy al "optimismo" y no al "romanticismo o al regeneracionismo" para atraer inversiones y empresas a Teruel, una provincia que el domingo se manifestó en Zaragoza bajo el lema "¡Salvemos Teruel" y que Guillén considera que tiene "oportunidades".

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Guillén, preguntado por el análisis que hace el Ejecutivo de la movilización del domingo, ha mostrado en primer lugar su "respeto absoluto" a quienes salen a la calle a plantear sus reivindicaciones, pero a renglón seguido ha añadido que para el Gobierno "no sirven" movimientos "románticos o regeneracionistas" que quieren volver la vista a "épocas pasadas".

En su condición de turolense que vive en un pueblo de la provincia, Guillén ha insistido en que ésta no necesita "pesimismo ni victimismo", sino "insuflarse de optimismo" con voces que digan que la provincia "tiene presente y futuro y no solo un pasado ingrato".

Este Gobierno autonómico, ha insistido, está "tranquilo" con lo que hace en Teruel, y frente al anterior, que según ha dicho no generó "ni un solo empleo" en la provincia, sino que los destruyó, ha puesto en marcha proyectos que podrían crear potencialmente 1.200 puestos de trabajo.

Quien a su juicio sí tiene "muchos compromisos incumplidos" con Teruel es el Gobierno de España, que sustituyó en 2011 los trenes por otros más obsoletos (los llamados "tamagochis"), que no cumple sus promesas de invertir en el corredor Cantábrico-Mediterráneo, que no está impulsado el desdoblamiento de la A-68 entre Zaragoza y Alcañiz y que tiene una deuda con la segunda fase de la elevación de las aguas a Andorra, entre otras cuestiones.

El Gobierno de Aragón, por su parte, ha cumplido con el inicio de las obras del Hospital de Alcañiz y pronto habrá noticias, ha dicho, del de Teruel.