El pasado miércoles la Audiencia Provincial de Teruel condenaba a los dos padres de una niña gambiana sometida a la ablación del clítoris con seis años de prisión para el padre y dos para la madre. Durante el juicio, los progenitores aseguraron que la mutilación genital femenina (MGF) es "una costumbre" y que quedaba amparada por el Islam, religión mayoritaria en Gambia, uno de los países subsaharianos donde la ablación se encuentra más extendida. El juez solicitó a los acusados que expusieran la doctrina del Islam que promueve esta práctica. No obtuvo ninguna respuesta.

Los datos ofrecidos por el Mapa de la Mutilación Genital Femenina en España (Adriana Kaplan, Antonio López Gay; 2009) focalizan el problema en el África subsahariana y el cuerno de África. Según este estudio, en un enorme cinturón de países por debajo del desierto la ablación y otras mutilaciones se dan con frecuencia. Gambia, Guinea, Sierra Leona y Mali, Egipto, el sur de Sudán y Somalia son los estados donde se practica en mayor porcentaje, países proveedores de inmigrantes a España.

Existen diversas teorías sobre los motivos de la MGF y algunas de ellas apuntan a la influencia religiosa, en concreto del Islam. "No es una costumbre o tradición islámica", desmiente Fawad Nahhas, presidente de la Comunidad Islámica de Zaragoza. "De hecho, en oriente medio no se practican este tipo de operaciones y mutilaciones", asevera. Nahhas señala que su asociación trabaja con la consejería de Sanidad concienciando a subsaharianos de la comunidad islámica.

La importancia de la tradición es lo que determina que, lejos de sus países, algunos mantengan este rito. Con objeto de erradicar esta costumbre, algunas asociaciones trabajan con los propios inmigrantes. En Aragón, una de ellas es Médicos del Mundo. "El objetivo es que pongan en cuestión la práctica de la MGF", explica Julia Moreno, coordinadora del Proyecto de prevención de la MGF de la oenegé en la comunidad aragonesa. Moreno señala que su organización realiza talleres orientados a inmigrantes con un carácter preventivo.

Los obstáculos, afirma, "tienen su base en creencias y tradiciones, romper con ellas no es fácil y es necesario todo un proceso para desmontarlas". Pese a ello, valora positivamente los resultados obtenidos: "Se ha avanzado mucho". En Aragón aún no existen datos concretos sobre esta práctica ya que los casos no salen del entorno socio-familiar de las niñas. Las nacionalidades más comunes son Senegal, Gambia, Mali y Ghana. En todas ellas (especialmente en Gambia y Mali) se practica la MGF. En Alcañiz, "es significativo" el elevado número de mujeres gambianas.

Consecuencias

Más allá de lo que signifique o implique la ablación del clítoris, las graves consecuencias que tiene para la salud de la mujer han llevado a su prohibición no ya en Europa, sino también en países africanos. "En el mismo procedimiento sangran mucho. Algunas mueren", explica Miguel Ángel Ruiz Conde, responsable de Ginecología del Hospital Universitario Miguel Servet. "En las relaciones sexuales provoca dolor. Y en los partos muchísimo dolor y desgarros", expone.

El doctor, además, hace hincapié en el trauma psicológico que supone para las afectadas ya que "es un órgano fundamental en las relaciones". Además, al ser ilegal, la mayoría de veces se realiza sin las condiciones sanitarias requeridas "lo que hace posible que contraigan el tétanos", añade.

En cualquier caso, ya los propios inmigrantes comienzan a rechazar este práctica. Es el primer paso de un largo camino.