La Asociación Charata para la Recuperación de la Memoria Histórica de Uncastillo, con la colaboración de la Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (Arico), acaba de hallar en Fuencalderas, en la sierra de Santo Domingo, una fosa común con los restos de dos guerrilleros antifranquistas. Los esqueletos se hallaban dentro del cementerio, en un lugar impreciso. De ahí que las prospecciones, iniciadas en mayo, hayan tardado casi seis meses en dar resultado. Al comienzo se realizaron cinco sondeos, todos ellos con carácter negativo, en los puntos donde tradicionalmente diversos testimonios orales indicaban la posible existencia del lugar de enterramiento.

Una vez analizados los nuevos datos orales y la información arqueológica recogida durante esos días de trabajo en Fuencalderas, se plantearon nuevos sondeos arqueológicos, y los trabajos se retomaron entre los días 16 y 21 de octubre. Se llevaron a cabo cuatro sondeos más que finalmente permitieron recuperar los restos de ambos guerrilleros.

SIN ATAÚD

Los dos luchadores antifranquistas fueron enterrados individualmente en el interior del cementerio, uno a continuación del otro, sin ataúd y con toda su vestimenta, de la que se hallaron diversos restos de indumentaria militar como las botas, elementos de correaje y botones. Ambos esqueletos presentan varias fracturas probablemente causadas por impacto de bala y otras pruebas de haber sufrido una muerte violenta, aunque será el análisis forense el que establezca la causa exacta de la muerte.

Los dos guerrilleros murieron la noche del 31 de octubre de 1944 durante un enfrentamiento con la Guardia Civil en el cercano paraje denominado Sierra Mayor (Agüero), en los límites de las provincias de Huesca y Zaragoza. Ambos formaban parte de un grupo que, al parecer, había entrado días antes en España, probablemente por el valle del Roncal (Navarra), con la finalidad de apoyar la operación Reconquista que se desarrollaba en el valle de Arán.

EN UN CAMIÓN

Los cuerpos de los fallecidos fueron transportados hasta Fuencalderas en un camión, tapados con una manta que tan solo dejaba ver sus botas. Al día siguiente, fueron trasladados al cementerio y enterrados juntos, envueltos en una manta y de manera anónima en una fosa común sin señalizar. En este relato se ponían de acuerdo los numerosos testimonios orales recabados en Fuencalderas, pero discrepaban a la hora de señalar el lugar exacto del enterramiento. "En la medida de nuestras posibilidades, continuaremos trabajando en la investigación histórica ya iniciada con la consulta documental en diversos archivos, con la finalidad de averiguar la identidad de los dos guerrilleros fallecidos", señaló ayer Javier Ruiz, miembro de Charata y arqueólogo. De momento, se ha averiguado que es posible que pertenecieran a la 522ª o a la 560ª brigada. Uno de ellos podría ser natural de Muel o Alfajarín y el otro de la zona de Palencia o León.