Un equipo de investigadores ha descrito en la provincia de Teruel una nueva especie de planta fósil que establece conexiones geográficas y ambientales con América del Norte hace unos cien millones de años.

La planta ha sido bautizada como "Sapindopsis turolensis", y se trata de la primera cita de este género de plantas cretácicas en Eurasia Occidental, informa la Fundación Dinópolis en un comunicado.

Este hallazgo se enmarca en el estudio de los fósiles de dos especies de plantas angiospermas primitivas (plantas que ya desarrollaban flores), una nueva y otra ya conocida previamente en los Estados Unidos, y acaba de ser publicado en el último número de la revista de investigación "Review of Palaeobotany and Palynology".

El estudio indica que la dispersión de estas plantas se habría producido a través de conexiones continentales entre lo que hoy en día es América del Norte y las islas que conformaban la actual Península Ibérica, pasando a través de Groenlandia, ya que durante el Cretácico inferior estas masas de tierra estaban separadas por sólo unos pocos cientos de kilómetros.

Una de las especies descritas en este artículo, encontrada en la localidad turolense de Huesa del Común, únicamente se había hallado hasta el momento en la localidad de Quantico, en el Estado de Virginia, en un yacimiento localizado en el interior de una base militar de los marines del ejército norteamericano, explican las mismas fuentes.

Esto indicaría, a juicio de los investigadores, que las condiciones ambientales en ambas zonas hace 100 millones de años eran semejantes.

La otra especie (Sapindopsis turolensis) es nueva para la ciencia, y sus hojas fosilizadas se han hallado en rocas pertenecientes a antiguos depósitos deltaicos situados en las localidades de Alcaine y Ariño.

Las plantas fósiles estudiadas consisten en hojas de tamaño medio (de hasta 12 cm de longitud) que presentan una morfología lobulada, con largos lóbulos laterales y un lóbulo simple o triple en su parte superior, dependiendo de la especie.

Los caracteres de estas hojas indican que serían representantes primitivos de la familia de las Platanáceas, que son plantas muy comunes en la actualidad (como el llamado Plátano de sombra) e parques y jardines.

Las investigaciones paleobotánicas las han liderado paleontólogos aragoneses, y en concreto esta publicación ha sido realizada por los investigadores: Luis Miguel Sender (Museo Paleontológico Egidio Feruglio, Patagonia Argentina), James A. Doyle (Universidad de Davis, California), Uxue Villanueva Amadoz (U.N.A. México), Denise Pons (U. de Paris 6), José Bienvenido Diez (U.de Vigo) y Javier Ferrer (U. de Zaragoza).

Este estudio se encuentra englobado en las investigaciones desarrolladas dentro del proyecto "Dinosaurios del Jurásico Superior-Cretácico Inferior de Teruel, sus ecosistemas y sus implicaciones filogenéticas y paleobiogeográficas", liderado por investigadores de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis y en el que colaboran diversos investigadores, tanto españoles como extranjeros.

Dicho proyecto tiene por objetivos el análisis de los diversos grupos faunísticos y florísticos presentes en la provincia, así como el estudio de los datos aportados por ellos en cuanto a las relaciones paleoambientales y paleogeográficas existentes entre el archipiélago que constituía lo que actualmente es la Península Ibérica y otras áreas circundantes, durante el Jurásico Superior y el Cretácico Inferior (hace entre 145 y 100 millones de años).

Los ejemplares hallados se encuentran depositados en el Museo Aragonés de Paleontología, situado en las dependencias de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel - Dinópolis de la capital turolense, y está previsto que sean mostrados al público junto con otros ejemplares espectaculares de plantas fósiles que se desarrollaron en la provincia durante el Cretácico Inferior.