La calidad de la programación cultural en Aragón ha mejorado en 2017 con propuestas como La Harinera de Zaragoza, un espacio de cultura comunitaria y gestión compartida que se ha convertido en un referente para otras ciudades españolas, despertando interés incluso en países de América Latina.

Este espacio promovido desde lo público, en el que participan asociaciones vecinales, agentes culturales y hasta la asociación de padres y madres de un colegio, aparece en el ránking realizado por el Observatorio de la Cultura de la Fundación Contemporánea perteneciente a La Fábrica.

El barómetro mide la calidad y la innovación de la cultura en las distintas comunidades y ciudades españolas e identifica carencias y oportunidades dentro del panorama cultural del país.

En el último ránking, elaborado con la valoración de 362 profesionales, entre los que se encuentran escritores, artistas, directores de museos, editores o galeristas, Aragón se mantiene en una posición intermedia en la lista de comunidades autónomas con mejor oferta cultural.

En concreto, ha bajado un puesto en 2017, del 11 al 12, situándose sólo por delante de Extremadura, Canarias, Castilla-La Mancha, Murcia y La Rioja, así como de las ciudades autónomas de Melilla y de Ceuta.

A pesar de esta posición, la percepción sobre la calidad y la innovación de la cultura en Aragón ha aumentado, al pasar de un 4,6 a un 6,7 en el último año.

Por su parte, Zaragoza se sitúa entre las diez primeras capitales de provincia más valoradas desde el punto de vista de la oferta cultural, pasando de una puntuación de un 7,8 en 2016 a un 10,8 en 2017.

Aunque tanto la comunidad como la capital aragonesa descienden un puesto en la clasificación, ambas registran un aumento en la valoración de sus propuestas culturales, debido en parte a espacios como "Harinera ZGZ" que, con sólo dos años de trayectoria, ha conseguido colarse en el barómetro.

De hecho, es la única iniciativa aragonesa presente en el ránking nacional y valorada curiosamente con la misma puntuación que otras propuestas sólidas como los Premios Princesa de Asturias.

Diego Garulo es el coordinador municipal de este espacio, ubicado en una antigua harinera, que se gestiona a través de una asamblea en la que 50 personas participan por igual en la toma de decisiones.

Desde que el centro comenzó a andar hace dos años, Garulo ha presentado el proyecto en 18 ciudades españolas, entre ellas, A Coruña, Valladolid, Pamplona, Palma de Mallorca o Getxo (Vizcaya), donde se ha puesto en marcha el espacio cultural 'BentaraNoa', inspirado en Harinera.

Además, tienen previsto darlo a conocer también en Barcelona y Santander.

El interés por este modelo cultural de autogestión ha traspasado fronteras y ha llamado la atención de ciudades de América Latina, desde donde han llegado consultas.

Para Garulo, según cuenta a Efe, esta es la razón por la que un proyecto "relativamente pequeño", con tan solo dos años de trayectoria, aparece en el ránking del Observatorio de la Cultura.

Ante esta realidad, la pregunta surge sola: ¿a qué se debe este interés por un proyecto pequeño ubicado en un barrio obrero de la ciudad?.

Garulo lo explica atendiendo a una vertiente que en los últimos años ha ido cobrando fuerza en el ecosistema cultural.

Por un lado, considera que 'Harinera Zgz' pone en práctica una teoría basada en que el acceso a la cultura no debe limitarse sólo a su consumo, sino que, además, debe ofrecer al ciudadano la posibilidad de producir su propia programación cultural, algo que es posible en sus instalaciones.

Por eso, "mancharse las manos" es el lema que mejor define este proyecto, por cuanto invita al ciudadano a experimentar en primera persona el hecho cultural y a decidir la programación de este espacio, que ante todo busca ser "complementaria" al resto de actividades de la ciudad.

Con ese compromiso fehaciente de no ser competencia desleal de otros centros, entre su programación figuran talleres tan originales como el de 'Flamencoesía' en el que, para lamento de muchos, no se admite a nadie que tenga menos de 60 años.

"Era un perfil de personas que no estaban participando directamente a pesar de encontrarnos en un barrio envejecido y, por eso, nos dirigimos directamente a ellos", indica.

Pero a pesar de ubicarse en un barrio alejado del centro, la programación de Harinera ha logrado atraer visitas de toda la ciudad, incluso de otras comunidades autónomas, dado que solo el 20 % son de vecinos de la zona.

Así lo recoge una encuesta realizada a finales de año que busca valorar de alguna forma la experiencia de quienes participan en las actividades.

De este modo, saben que el 93 % de los asistentes se han reído durante su estancia; que el 97 % consideró que su día mejoró tras su paso por el centro y que el 93 % había conocido a alguien, del que el 75 % recordaba su nombre.

"Habitualmente ciframos la cultura en clave cuantitativa y obviamos la importancia de la experiencia", resalta Garulo. Pero eso no ocurre en "Harinera ZGZ".