—Hace un par de semanas que llegó al cargo. ¿Qué retos se plantea en esta nueva andadura como decano?

—Somos una candidatura continuista del equipo anterior de Javier Castillo, ya que, salvo dos personas, el resto somos los mismos. Tenemos ideas parecidas, no vamos a hacer una revolución, pero sí que planteamos tres retos importantes: un nuevo plan de estudios más adecuado, intentar asumir más profesores titulares de Medicina y, por último, que los alumnos de 4º se puedan incorporar a los rotatorios clínicos en los hospitales, tal y como hacen los de 6º.

—Va a plantear, por tanto, un nuevo plan de estudios en la carrera de Medicina.

—Hace 8 años, con los cambios que exigió Bolonia, se adaptó un plan de estudios con el que no estábamos muy de acuerdo, pero que asumimos. Ha habido cambios importantes que han sido beneficiosos, pero hay otras cosas que nos han hecho trabajar de forma no adecuada por ese diseño del grado. En las auditorías se han detectado deficiencias que ya conocíamos y ahora es el momento de cambiarlas. Nos gustaría que para el curso 2019-2020 Medicina tenga un plan de estudios más adecuado.

—¿De qué deficiencias habla?

—Tenemos que racionalizar algunas asignaturas que son ilógicas y que se plantearon así por Bolonia. Hay cursos hipertrofiados en cuanto a carga docente y el rotatorio clínico de los alumnos es asimétrico, porque durante el segundo cuatrimestre tenemos más de 500 alumnos rotando por los hospitales y, en el primer cuatrimestre, la mitad. No es fácil gestionar esta situación. Por eso queremos que, a partir de 4º, los estudiantes acudan a los centros, como hacen los de 6º. De forma parcial o como sea.

—¿Faltan profesores en la Facultad de Medicina?

—En lo que se refiere a profesores titulares para impartir Medicina sí. Tenemos una plantilla insuficiente. En un contexto de crisis, la tasa de reposición fue cero y aquí tuvimos muchas jubilaciones que no se asumieron y habrá muchas más. La Universidad de Zaragoza ha hecho esfuerzos para cubrir plazas con profesores asociados en Ciencias de la Salud, pero no ha podido ser para los permanentes. Con el nuevo plan de estudios necesitamos más docentes titulares.

—¿Sería viable o han planteado una doble titulación de Medicina con otra carrera?

—No. Medicina es una profesión regulada porque para ser médico solo se puede ser así, con unos estudios marcados por la normativa europea. Lo que sí que hay profesiones del ámbito de la biomédica que pueden complementarse desde otras facultades. Más que un doble grado para conseguir alumnos muy especializados, lo que nosotros proponemos es la internacionalización. El estudiante debe salir de la facultad para hacer un Erasmus, por ejemplo. Tanto los que vienen como los que se van traen ideas.

—En Aragón faltan médicos, pero en su momento se habló de que no hay plazas para tantos titulados a nivel estatal. ¿Cómo se explica esto?

—Ahora, las facultades de Medicina, tanto públicas como privadas, estamos formando muchos más médicos de las plazas MIR (Médico Interno Residente) que oferta el Ministerio de Sanidad. De tal forma que este año se han presentado unos 14.000 al examen MIR y había 6.000 plazas. ¿Qué ocurre con el excedente? Que estamos repoblando Europa. No se nos puede achacar a las facultades de Medicina que no formamos médicos, porque lo hacemos, lo que pasa que luego hay un tapón que ya depende del ministerio. Para ejercer la medicina hace falta el MIR y ahí está la explicación.

—O sea, que ampliar plazas es algo que no se puede hacer.

—En estos momentos, la agencia europea nos dice que, con los medios que disponemos, cada año podemos ofertar 180 plazas nuevas. No nos importaría formar a más alumnos, la facultad no es elitista, pero también haría faltan soportes suficientes.

—Volviendo a los MIR, en Granada han hecho huelga para reivindicar mejores condiciones laborales, especialmente en Urgencias. ¿Qué percibe de sus alumnos en Zaragoza? ¿Qué visión tienen del futuro?

—El estudiante de Medicina de Aragón y el del país en general está muy vinculado a su profesión. Es una titulación muy vocacional. Ven que el acceso al MIR es complicado y las condiciones laborales mejorables. Son conscientes de que económicamente la situación es diferente en España y, al existir ese tapón del que hablaba antes, se van. Si las condiciones aquí no mejoran, es normal que se marchen. La clave está en ofrecer estabilidad laboral, más allá de la económica, y una oferta de plazas equilibrada.