El proyecto de producción e implantación de la Historia Clínica Electrónica (HCE) global y única para todo Aragón estará completamente implantado en todo el territorio aragonés en el 2020. Así lo indica el propio consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, en una respuesta parlamentaria a pregunta formulada por IU.

El proyecto, iniciado ya el año pasado, se desarrollará a lo largo de cuatro años. En este, la inversión destinada ascenderá a 900.000 euros, casi cuatro veces más que lo que se desembolsó en el 2016. En el 2018, la inversión prevista es de 750.000 euros.

El plan consiste, fundamentalmente, en disponer de una misma historia clínica integrada para los diferentes niveles asistanciales. «En síntesis, se trata de crear un nuevo modelo de historia clínica global y única para el paciente formada por una estructura modular, dotada de una integración normalizada en la base de datos y con información interoperable», indicaron fuentes del departamento.

La iniciativa, que se realiza desde el Centro de Gestión Integrada de Proyectos Corporativos del Servicio Aragonés de Salud busca una historia clínica electrónica «centrada en el paciente y en la continuidad asistencial, dentro de un modelo proactivo, preventivo, capaz de involucrar tanto a profesionales como a pacientes, con el fin de incrementar su autonomía y su autocontrol», añadieron estas mismas fuentes.

La estructura

De este modo, el modelo se basa en una identificación unívoca de pacientes, en una estructura y oferta normalizada para toda la organización y en una gestión de identidades íntegra «de modo que se atienda la demanda a través de herramientas modulares transversales y sistemas departamentales».

El proyecto se ha segmentado en una veintena de subproyectos y se estima que será preciso un mínimo de tres años como periodo transitorio para su implantación. Durante el tiempo de implantación irán conviviendo las aplicaciones actuales con las nuevas. Así, se contemplan periodos diferentes de migración para los diferentes profesionales, con el objetivo de que cada uno de ellos adecúe su propio plan de migración a sus posibilidades, teniendo en cuenta habilidades digitales y cargas de trabajo.

Quejas por el sistema

En la actualidad, hay una historia para Atención Primaria —el OMI— y otra para Especializada. La actual historia clínica electrónica está fragmentada en niveles asistenciales, centrado en las distintas categorías de sus profesionales. La información se encuentra diluida en distintas bases de datos de soluciones procedentes de diferentes proveedores.

Esta mejora forma parte del grupo de iniciativas puestas en marcha desde la Administración para mejorar las aplicaciones institucionales de Atención Primaria, ante las numerosas quejas de los profesionales a lo largo de los últimos años.

Sanidad ya se ha comprometido a la renovación de los ordenadores más obsoletos, con un sistema operativo Windows XP —de hace 15 años—, ya sin soporte técnico por parte de la compañía y una aplicación de acceso a los historiales clínicos que falla continuamente.

La denuncia se intensifica en los centros de salud del medio rural, donde los problemas se multiplican debido a que la conexión a internet es peor.

En una respuesta parlamentaria también a la diputada de IU, Patricia Luquin, el propio consejero Ceyala reconoció que algunos de los equipos deben renovarse porque «no tienen memoria suficiente para el uso actualmente necesario según la evolución de las aplicaciones existentes», según las palabras de Celaya.